La provincia de Salamanca caerá por debajo de los 300.000 habitantes en 2033

Los últimos datos sobre la población española hechos públicos por el Instituto Nacional de Estadística no solo ponen de manifiesto que en 2019 volvió a producirse en Salamanca un descenso en el número de habitantes sino que evidencian aspectos ciertamente alarmantes a medio y largo plazo.

Uno de ellos es el que señala a 2033 como el año en que el número de moradores de la provincia caerá por debajo de los 300.000 habitantes, si se mantiene la tendencia de la última década. Desde 2009, la población salmantina ha descendido a un ritmo de casi 2.443 habitantes por año. Hoy por hoy son 330.119 los censados (169.755 mujeres y 160.364 hombres) frente a los 354.608 registrados en el año 2009.

Atravesar esa barrera psicológica corroboraría una triste realidad pues, año tras año, la provincia se sitúa en las posiciones altas del ranking de poblaciones españolas que más habitantes pierden, el paradigma de la España vaciada.

Los datos, siempre tozudos, revelan otra amenaza inminente. El siglo XX asomaba en Salamanca con una capital aún por poblar pero con gran asentamiento de población en los pueblos, tanto, que en 1900 eran 326.233 los salmantinos censados de los que solo 25.000 residían en la ciudad. Al ritmo actual, sin embargo, Salamanca quedará por debajo de esa cifra en apenas dos años, algo lógico y aparentemente inevitable por los vaivenes sociales de los últimos tiempos pero ciertamente impensable en el inicio de este siglo XXI, cuando se alternaban tímidas bajadas con aumentos de población cercanos al 1 % de un año para otro.

Durante la última década cuatro de cada diez localidades charras de entre quinientos y mil habitantes perdieron población. Lejos, muy lejos, quedan ya aquellos años 60 en los que se batieron records con más de 415.000 personas habitando la provincia.