Una estampa que se transformará con las obras de remodelación de uno de los pulmones verdes de la ciudad
Se ha iniciado, en las pasadas semanas, la remodelación del centenario (ca. 1889) parque de la Alamedilla. Más que un cambio radical representa una puesta al día después del largo período de abandono sufrido. La estructura del parque, que con pequeños cambios perdurará, deriva de la exitosa reforma de 1963 en la que se le dotó de las señas de identidad que le han caracterizado durante los últimos cincuenta años. El estanque, con su pajarera, la pérgola central, el auditorio, las esculturas de Casillas, el mini zoo, las piscinas y sobre todo el parque infantil de educación vial, con su teatro y su biblioteca infantil. Aquella reforma abrió el parque a la ciudad, derribando el muro y verja que le aislaba, sustituyéndolos por permeables setos que hoy apenas sobreviven. Desde 1963, solo se han realizado algunos retoques, como el del año 1985 y sobre todo el de 1993 que afectó fundamentalmente al parque infantil que perdió gran parte de su extensión al albergar en su interior el edificio de las piscinas cubiertas y otras dependencias municipales, quedando degradado a simple zona de juegos. ¡Ya tocaba!
'Salamanca en el ayer'