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Dos guitarras y voz, ‘El hombre tranquilo’ en el Museo de Historia de la Automoción en...
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Dos guitarras y voz, ‘El hombre tranquilo’ en el Museo de Historia de la Automoción en...

Actualizado 19/10/2019
Charo Alonso

Apuesta cultural del Museo de Historia de la Automoción que esta vez, tiene como protagonista la música de country, blues y las cuidadas letras, poemas a cada verso de la formación salmantina 'El hombre tranquilo'

Tiene el Museo de la Historia de la Automoción ese deje metálico limpio, pulido, reluciente de la superficie de la superficie de un coche limpio y cuidado. Naves que fueron fábrica de la luz, ahí junto al río, tratando de tú a tú a la joya modernista de la Casa Lis que adorna el pecho infinito de la catedral de Salamanca. Un espacio inusual, uno de los primeros Museos íntegramente dedicados al automóvil desde el año 2002, fruto de la colaboración de la Fundación Gómez Planche, el Ayuntamiento de Salamanca y otras instituciones como la Dirección General de Tráfico. Un lugar con ecos de motores que se vuelven melodías en la tarde noche otoñal de la mano de la Asociación de Amigos del Museo, que como bien dice su presidente José Luis Argüeso, quiere llenar de contenido la hermosa sala de exposiciones temporales. Apuesta cultural que esta vez, tiene como protagonista la música de country, blues y las cuidadas letras, poemas a cada verso de la formación salmantina 'El hombre tranquilo'.

A Jimmy López no hace falta presentarle, vocalista de Banden Bah!, profesor de filosofía, poeta y alma de este proyecto que define como "música pantanosa", el compositor ha conseguido trenzar a la perfección el sonido de su voz, el de su guitarra y el de la síncopa de sus pies a un guitarrista excepcional. Daniel Olivares demuestra no solo su maestría como intérprete, sino su capacidad de imbricarse con los quiebros de su compañero. Ambos son, verdaderamente, dos guitarras y voz. La de Dani que se deja mimar en los solos, que termina las canciones con un quiebro que resuena en las naves infinitas del Museo, que demuestra lo cómodo y lo bien conjuntado que está con este hombre del blues que se cala la gorra y se va a pasear por el Mississippi a través de su música y sus letras.

Letras no solo combativas, sino absolutamente literarias. Jimmy López es un poeta que escribe como tal y canta los versos contando historias de personajes zarandeados por la vida, sentimientos que nos devuelven al amor cotidiano y latigazos de utopía contra los abusos de una sociedad que deja en los márgenes a los trabajadores y a los cantautores. Carisma, saber estar, palabras dirigidas al público con la justa medida de la presentación y el agradecimiento? se trata de un hombre de escenario que sabe de la elegancia del músico, la exquisitez del rito y la forma de dejar espacio al guitarrista configurando un dúo en el que no desmerecen ninguno de los dos. Lleva la voz cantante pero deja sitio mientras relata historias de perdedores, evoca a los poetas como Walt Whitman o nos ofrece una primicia deliciosa sobre un personaje de una novela de Carson McCullers.

Porque las letras de 'El hombre tranquilo' son un homenaje a la literatura. Metapoesía convertida en canciones todadas con ritmo de blues, con ese sedal en la boca que mastica uno de sus personajes "pantanosos". La América profunda de sus músicas, sus ríos infinitos, sus carreteras vacías donde rugen los motores callados que rodean a estos dos intérpretes. Música que suena y resbala sobre la carrocería del recuerdo, de la historia contemporánea de un mundo cenagoso de pasiones y antihéroes. Evocación de un tiempo que nos ocupa mientras los sentimientos son los mismos a ritmo de motor, corazón y viernes noche. Iluminado el museo cromado, brillante, nuevo, de la automoción, mientras en el asiento de atrás toca el grupo, los pies asomados por la ventanilla, carretera infinita hacia el escenario de nuestra memoria.

Fotos: Fernando Sánchez

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