Se trata de una de las fiestas de mayor singularidad en la comarca de Vitigudino y fue recuperada hace cuatro años por el Ayuntamiento
Los vecinos de Bogajo volverán a vivir la celebración de la fiesta de las Madrinas. Este año será el 12 de octubre, una jornada que arrancará con el pasacalles de las Madrinas hasta la ermita del Humilladero. Tras la misa, se celebrará la procesión con El Niño Jesús hasta la iglesia, para concluir con un convite de sangría.
Ya en la tarde, la comitiva de autoridades y vecinos recogerán a las madrinas en sus domicilios para acompañarlas hasta la iglesia, donde se celebrará el rosario y el ofertorio, además de la ofrenda de roscas y ramos de melapios con rosquillas y una granada. Al finalizar los actos religiosos, el público asistente podrá asistir a la merienda-cena ofrecida por el Ayuntamiento en la Plaza.
El broche a estas celebraciones lo pondrá una actuación al cargo del grupo musical 'Va por ti'.
Así pues, los vecinos de Bogajo volverán a vivir la celebración de la fiesta de las Madrinas, aunque este año será el sábado 12 de octubre, segundo día de esta fiesta y que, según la tradición, está dedicado el Niño Jesús, por lo que las madrinas podrían ser mozas casaderas.
Recuperación de la fiesta de las Madrinas
Las mujeres de Bogajo lo tenían claro hace cuatro años. Querían recuperar su tradicional fiesta de las Madrinas, celebraciones que un día gozaron de una importancia especial y cuyo interés fue desvaneciéndose conforme avanzaba el nuevo milenio, debido, especialmente, a la ausencia de mozas casaderas. Estas eran las encargadas de honrar al Niño en el segundo fin de semana de octubre, pues el primero estaba dedicado a la Virgen, y eran Madrinas ya en matrimonio, cuatro cada día.
Por tanto, recuperar las Madrinas en su integridad no era tarea fácil cuando no imposible ante la ausencia de mozas, pero en cualquier caso su regreso tenía que ser especial. Y ante tal empeño no había mejor ocasión para dar vida de nuevo a la ermita del Humilladero, templo que hasta octubre de 2015 había permanecido cerrado durante tres décadas. Después de la recuperación de los antiguos lavaderos que se sitúan en sus inmediaciones, su conjunto es uno de los rincones más místicos de cuantos encierra esta localidad, y que no son pocos.
Ahora, como recordaba su alcalde, Javier Castro, el objetivo es consolidar estas fechas en el calendario festivo de Bogajo, todo un reto para un pequeño pueblo de 144 habitantes, más aún si cabe que recuperar la fiesta, porque como suele decirse en otras muchas facetas de la vida, tan difícil o más que llegar es mantenerse.
En este sentido, Castro destacaba entonces el esfuerzo del Ayuntamiento por rescatar esta tradición y darle continuidad para recordar el significado de unas celebraciones que abren el calendario de otoño y las labores en el campo con la siembra.