Los vecinos de Mieza remataban ayer sábado las fiestas de las Madrinas con la tradicional degustación de carne de novillo. De hasta 80 kilos de carne dieron cuenta más de 250 personas en el salón habilitado en las escuelas viejas, en lo que es el mejor broche para una fiestas, una comida de hermandad para recordar lo vivido y estrechar los lazos de amistad.