Los otros efectos de la sequía: subida del precio de la luz y más riesgo de incendios

Si el nivel de los embalses baja, la factura de la luz suele subir, ya que la producción de energía hidráulica depende de los recursos hídricos almacenados en los embalses. Con menos agua embalsada y menos viento se reduce la producción de energía mediante recursos naturales, recurriendo a otro tipo de recursos para producirla, y que implican un sobrecoste en la producción que a su vez repercutirá en la factura de la luz.

El recibo de la luz del usuario medio se encareció un 3,2% en el mes de julio, alcanzando los 71,82 euros, frente a los 69,62 euros de junio, según los datos de Facua-Consumidores en Acción. El importe de la factura eléctrica del usuario medio de este julio es exactamente el mismo que en julio de 2017. Por su parte, en julio de 2018 se situó en 78,39 euros, por lo que la bajada interanual es del 8,4%. En cualquier caso, como advierte la asociación de consumidores, el usuario no se encuentra, ni de lejos, en un nuevo escenario de precios bajos.

Generación de energía de origen renovable

Según datos de Red Eléctrica, recogidos por Europa Press, en el mes de julio la generación procedente de fuentes de energía renovable representó el 29,8% de la producción, mientras que el 51,5% de la producción eléctrica en julio procedió de tecnologías que no emiten CO2. Así, la producción de origen eólico en julio alcanzó los 3.330 GWh, un 29,3% superior a la del mismo periodo del año pasado, y supuso el 14% de la producción nacional. No obstante, la tecnología que más aportó al 'mix' fueron los ciclos con el 31,6% de la generación en el mes de julio, seguida de la nuclear (21,6%), la eólica (14%), la cogeneración (10,5%), la hidráulica (6,7%) y la solar-fotovoltaica (4,1%).

Incendios

Los años secos y calurosos son una peligrosa combinación para los incendios. Cuando las sequías vienen acompañadas de altas temperaturas el riesgo de incendio lógicamente se multiplica.

En lo que respecta a 2019, en Salamanca se han producido 140 incendios entre los meses de enero y julio, según datos de la Consejería de Fomento y Medio Ambiente. La mayoría han sido conatos (menos de 1 hectárea de superficie afectada), un total de 86. Por su parte, en 9 incendios se han visto afectadas más de 5 hectáreas.

En el conjunto de Castilla y León se han registrado 1.231 incendios en los primeros siete meses de 2019, un 13% más que hace un año. La mayoría de ellos, el 67%, han sido conatos.

Y no menos importante, la falta precipitaciones también tiene consecuencias directas sobre la salud, porque es uno de los principales condicionantes de la calidad del aire en nuestras ciudades.