Peligroso encierro de Miranda de Pericalvo en Lumbrales para despedir las fiestas

Peligroso encierro el que ha tenido lugar este martes en Lumbrales, último de las fiestas y en el que se corrían cuatro novillos de Miranda de Pericalvo, bien presentados y todos colorados, que eran guiados hasta el coso lumbralense por media docena de mansos y una quincena de caballistas.

Con un ligero retraso conforme a la programación, la manada salía de los corrales tras apartar el sobrero para el festival taurino de la tarde, por lo que las dificultades se simplificaban respecto a lo vivido ayer martes.

La manada entraba agrupada en el casco urbano de la capital del Abadengo, pero a poco de divisar las Cruces, uno de los novillos se quedaba descolgado al menos un minuto de la cabeza de la manada, lo que a la postre se convertiría en uno de los momentos de peligro del encierro en la zona de la carretera, donde el eral arrimó a las vallas y recordó el percance sufrido ayer en este mismo punto.

Pero antes, también en esta misma zona, uno de los tres novillos de la cabeza del encierro acudía a la carrera de un mozo y abandonaba por unos instantes al resto de astados para acercarse al vallado, provocando el primer susto del encierro.

Afortunadamente ninguno de los novillos remató en las vallas y siguieron la carrera hacia La Fandanga para llegar sin más incidentes al coso lumbralense.

Como es tradicional en el último encierro de las fiestas de Lumbrales, una vez enchiquerados los novillos tuvo lugar un segundo encierro, aunque con vaquillas para disfrute de los aficionados. Para esta tarde, a las 19.00 horas, se espera el festival taurino en cuyo cartel están anunciados el matador Juan del Álamo y el novillero Manuel Diosleguarde. El punto final a las fiestas lo pondrá en la noche la disco-móvil Alquimia.