Nunca os vamos a olvidar

Te acuestas un caluroso sábado 20 de julio. Es un fin de semana de verano y es fiesta en Santa Inés, un pueblo perteneciente a Galisancho, del que conoces a mucha gente, especialmente jóvenes, gente trabajadora y de bien. Echas la vista atrás y quizás esta noche te gustaría estar allí como hace años.

Pero hoy es hoy, vuelves a la cama para descansar y recuperar fuerzas tras una semana larga de trabajo. Sin embargo, para muchos jóvenes llega el momento que llevan esperando toda la semana. Van a compartir música, sonrisas, abrazos, saltos, amistad y más de un brindis con sus amigos. ¿Quién no lo ha hecho?

Madrugas demasiado porque el reloj biológico parece estropearse con el paso del tiempo. No has desayunado y recibes una llamada y varios Watshapp de gente joven, que precisamente regresa de las fiestas de Santa Inés. Algo va mal, muy mal. Antes de vestirte ya sabes que esa llamada va a cambiar la vida de muchas familias, quizás hasta la tuya. Nunca se sabe.

Sin entrar en detalles, haces tu trabajo. Te apartas de los rumores, pides calma a los más jóvenes y te centras en las informaciones oficiales del 112. Te planteas subir al coche y conducir, no sabes si serás capaz. Te tiemblan las piernas por lo que acabas de ver y empiezas a acusar. Conduces.

Regresas y tú cabeza piensa ya en esas familias que hoy han perdido a sus hijos, a esa villa ducal que hoy se va a enfrentar a uno de los golpes más duros de su historia. No es el momento de buscar culpables, ni de juzgar a unos y a otros, esa no es tu responsabilidad, ni tampoco del que cree que sí. ¿Quién no lo ha hecho?

Horas después solamente hay dolor. Por mucho que te digan, hay poco espacio para la esperanza. Como pueblo, hoy, sin descanso, todos debemos intentar consolar a aquellos que sufren.

Desde este medio de comunicación nos unimos al dolor de todos los familiares y amigos de los jóvenes fallecidos. Lamentamos profundamente su pérdida.

Nunca os vamos a olvidar.

Siempre os vamos a recordar.

Roberto Jiménez