Fotografía en la Cafetería del Casino de Salamanca, 9x2 artistas

De nuevo, el lienzo de piedra de la Cafetería del Casino de Salamanca, se viste de fotografía. El espacio expositivo cedido generosamente por la gerencia del local y llevado por el ojo magistral de un indispensable en la fotografía salmantina, H.S.Tomé, recorre la obra de nueve fotógrafos salmantinos cuyo nexo de unión es el haber mostrado su trabajo en esta exquisita pared, escultura viva.

Nueve fotógrafos muy diversos en sus planteamientos artísticos que, juntos, ofrecen una visión muy representativa de lo que es la fotografía salmantina: siempre viva, fecunda y sobre todo, plena de originalidad y de búsqueda. Una fotografía en la que caben las geometrías quietas y sobrias del fotorreportero Pablo de la Peña, siempre diverso en sus planteamientos artísticos; los hallazgos oníricos en blanco y negro de Manuel Maza, perturbadores y originales; una propuesta, la del blanco y negro, que Fernando Pena convierte en imágenes salmantinas de enorme fuerza aún recorriendo espacios ?el puente de hierro, la Plaza Mayor- muy transitados por las cámaras de los fotógrafos salmantinos, peros siempre sugerentes. Como sugerentes son, en su tratamiento del color, del primer plano, del suave satinado del tiempo, las imágenes de Belén Rodríguez, en las que palpita el paso de unos días que acarician el sujeto fotografiado con la misma pátina del tiempo.

Fotógrafos muy diversos, insisto, que juntos ofrecen una visión caleidoscópica que a todos gusta. Las rotundas abstracciones de color de Ramón Rodríguez son un hallazgo sorprendente que interpela al espectador, un espectador que, después, se remansa en el exquisito tratamiento del paisaje de Gabriel Sánchez, imágenes en las que el primer plano deja paso a una brumosa realidad refrescante para el ojo y para el espíritu. Un espíritu que también recorre los paisajes de Andrés Santiago, fotógrafos ambos dedicados al agua, al árbol, al retrato y relato de los caminos de la frescura de una imagen plena de sugerencia. Como sugerente es, en su rotundidad, su saturación, su geometría, la propuesta del comisario de la muestra H.S. Tomé, que retrata y relata dos versiones de un edificio desnudo contra el cielo azul, imagen de esa fuerza frontal que la fotografía dedica a la arquitectura y a la rotundidad con la que la realidad se abstrae a través de la geometría. Fuerza del color frente al tratamiento, de nuevo, de un blanco y negro heredado de los grandes fotógrafos de la calle salmantina, que recorrían las imágenes más nostálgicas de un tiempo pasado. El hombre que vende cestas de mimbre, el tiempo detenido frente a la churrería? Blanca Vicente nos devuelve a ese ejercicio del fotógrafo a pie de calle, siempre presto a recorrer la ciudad a través de su objetivo.

Un objetivo múltiple, sugerente, pleno de posibilidades artísticas que nos devuelve el gusto por la diferencia, por el deseo de ir más allá, de tomar conciencia de la diversidad y elegir entre las diferentes propuestas, aquella que nos acaricia no solo el ojo, sino la inteligencia. Una inteligencia que se detiene frente a este lienzo de piedra convertido, gracias a la generosidad de quienes aman la fotografía, en un ejercicio expositivo ya no novedoso, pero siempre sugerente. 9x4 imágenes inolvidables para recorrer sin prisas.