Richard Huerta: la leyenda del campeón salmantino que alcanzó el éxito golpe a golpe

El salmantino Richard Huerta ya es una leyenda dentro de los deportes de contacto al contar con una carrera muy laureada que se ha labrado golpe a golpe dentro del cuadrilátero. Sin embargo, el competidor charro llegó al mundo del kickboxing de la manera más esporádica del mundo: casi por azar y cuando era un niño que deambulaba por todos los deportes habidos y por haber.

Desde los 8 años, Huerta tuvo claro a lo que quería dedicarse, ya que desde esa temprana edad empezó a entrenar y trabajar durante todos los días de su vida para convertirse en un luchador respetado y con un amplio abanico de éxitos nacionales e internacional en casi dos décadas dedicadas a combatir. "Es toda una vida compitiendo, yo empecé a entrenar desde muy pequeño y la primera vez que fui al Mundial tenía 18 años. Después tuve que mantenerme durante mucho tiempo a un gran nivel. Es un orgullo que alguien que hace deporte intente ser un poco mejor en su vida; yo por suerte he podido ganar varios títulos mundiales por lo que he trabajado", asegura el kickboxer.

Además, el palmarés que tiene Richard Huerta es envidiable en cualquier disciplina deportiva, dado que ha cosechado la friolera de 34 campeonatos de España, 9 del mundo (uno de eloas como profesional) y 2 de Europa. Es decir, casi medio centenar de títulos del más alto nivel, lo que le ha dado un estatus que le permite ser respetado cada vez que se sube a un ring.

Sin embargo, en los últimos tiempos ha conseguido un hecho sin precedentes en su carrera deportiva al alcanzar el número 1 mundial del ranking WAKO en la categoría de -74 kilogramos, un hito que le llegó al adelantar al ucraniano Pavlo Zamyatin en lo más alto del top clasificatorio. En dicho caso, no se trata de una competición al uso, puesto que es una tabla en la que se van consiguiendo puntos a medida que se cosechan resultados y títulos. "No es casualidad ni es estar un día luchando y llegar a ganarlo, son muchos años y muchos torneos peleando contra los mejores. Me costó mucho asimilarlo por todo lo que supone para mí. No todo el mundo puede ser el primero en algo y es todo un honor haberlo conseguido", afirma el luchador local.

Desde fuera puede llegar a parecer que Richard Huerta ya ha ganado todo lo que tenía que ganar en su trayectoria profesional, pero su hambre sigue intacta, a pesar de tener un envidiable currículum en el mundo de la lucha. Además, el kickboxing es un deporte minoritario, lo que le ha hecho sentirse muy cerca de todos los que le rodean en sus entrenamientos, viajes y combates por todo el mundo durante los casi 20 años que lleva al pie del cañón. Por su parte, el charro alega que "la motivación se encuentra en el orgullo, conocer a los aficionados es un plus que tenemos los luchadores; la gente te demuestra que le gusta lo que haces, lo valoran y te das cuentas del valor que tiene lo que haces".

Por otro lado, el nueve veces campeón del mundo siempre ha sido inteligente a la hora de pelear dentro de un cuadrilátero, pero también fuera de él. Huerta tiene el privilegio de trabajar en la cantera del Salamanca UDS y con los jugadores del primer equipo, club que cuenta con la mayor masa social y reconocimiento a nivel deportivo de toda la provincia. Por ello, futbolistas de gran nivel y renombre (que han llegado a ser internacionales con las categorías inferiores de sus países) como Din Alomerovic, Martín Galván, Santi Luque, Antonis Vatousiadis o Dani Sotres han pasado por sus manos en los procesos de rehabilitación de sus lesiones o en sus sufridos entrenamientos para estar en la mejor forma física posible. "Ha sido un año muy bonito por poder conocer a deportistas que están intentando cumplir un sueño como yo he tenido la suerte de hacerlo, mientras que ellos buscan hacerlo en Primera (División) y en los mejores equipos. Es increíble poder entrenar en el Helmántico y estar con ellos; creo que valoran mi trabajo de forma positiva y eso me pone muy contento", comenta un orgulloso Richard Huerta.

Pese a todo lo conseguido en su vida, el atleta local tuvo que trabajarse cada medalla y cada entrenamiento para poder abrir el 'Estudio Entrenamiento Personal Richard Huerta', ubicado en la Avenida de Portugal, número 24. Un negocio que pudo alcanzar gracias a las ayudas de Castilla y León a los deportistas, aunque para él, lo más importante es el "boca a boca", puesto que el deporte "da cierta fama".

Por último, Richard Huerta siempre se queda con un recuerdo que le acompañará durante toda su vida: ganar el Mundial ante su gente, lo que indica que su humildad sigue primando por encima de todo, a pesar de haber alcanzado sueño tras sueño.

De este modo, los más jóvenes tienen en Richard Huerta un espejo en el que mirarse de cara al futuro por ser un ejemplo de cómo romper barreras y llegar a cosechar triunfos inimaginables para cualquier persona que se inicia en el mundo del kickboxing.

Fotos: Lydia González