"Las matemáticas, bien entendidas, no sólo poseen verdad, sino
también una belleza suprema: una belleza fría y austera, como
la de la escultura"
-Bertrand Russell. Mysticims and Logie, 1918
Con mi colaboración de esta semana no pretendo en ejercicio de erudición sino hacer un planteamiento sencillo sobre las proporciones numéricas que siguen las obras de arte de mano de sus creadores. La ciudad así asentada en un ideal de belleza y armonía está llena de elementos geométricos que basan su orden en la Divina Proporción. La Plaza Mayor de Salamanca observada en toda su dimensión es un ejemplo de proporciones. Fachadas rectangulares? Arcos en rectángulos? Medallones en círculos?
El mundo en el que vivimos se levanta sobre los números. De todo el conjunto de números notables hay uno especialmente interesante: 1,6180339887... . Durante siglos ha recibido denominaciones de lo más llamativas: número de oro, proporción trascendental, número divino, divina proporción, etc. El número de oro, que se representa con la letra griega (phi), habita un territorio de relaciones y propiedades numéricas increíbles, pero también de conexiones insospechadas entre la naturaleza y las creaciones humanas. Una de las maravillas de la proporción áurea es su inagotable capacidad de generar figuras de gran belleza y asombrosas propiedades, tales como los polígonos rectángulos o los polígonos regulares. Tras estos nombres tan intimidatorios se esconden, en realidad, objetos geométricos cotidianos, como las tarjetas de crédito o las estrellas de cinco puntas. Las primeras constituyen un ejemplo muy a mano de los denominados "rectángulos áureos", aquellos cuyos lados guardan entre sí la divina proporción. Los rectángulos áureos son comunes, las espirales? Formas vinculadas de un modo muy directo a la proporción áurea, y asoman aquí y allá en construcciones, mosaicos y juegos de todo tipo. Pero si algo en verdad resulta asombroso es la vinculación del número divino con conceptos tan complejos y que tanto han estremecido a la humanidad como la belleza y la perfección. En esta aventura apasionante se cuenta con unos guías de auténtico lujo: Leonardo, Le Corbusier y muchos otros grandes personajes que se han rendido a la armonía de .
La pauta geométrica de insuperable armonía se esconde en la obra de grandes artistas y arquitectos, desde Vitruvio a Le Corbusier pasando por Leonardo y Salvador Dalí. Esta es un simple número; una cifra, conocida desde la Antigüedad, cuya continua aparición en toda clase de manifestaciones naturales y artísticas le ha merecido apelativos tales como la "divina proporción", "número de oro" o "proporción áurea". Si la obtención numérica es imposible de escribir por las infinitas cifras decimales sin ningún orden ni secuencia podemos ayudarnos de la notación aritmética para conocerla. El número de oro se torna así algo mucho más manejable:
uno mas raiz de 5, dividido por dos = 1, 618033.......
Una aproximación geométrica al número de oro se podría llevar acabo de la siguiente manera, en la búsqueda de su supuesto carácter divino. Dibujamos un rectángulo cuyo lado más largo es el resultado de multiplicar el corto por 1, 618; es decir, un rectángulo la proporción de cuyos lados es el número de oro (en este caso, un valor muy próximo).
Una vez tomada esta aproximación que expuesta la teoría del número de oro. En colaboraciones posteriores estudiaré en la Arquitectura de la ciudad, en el planteamiento urbano, en sus esculturas y pinturas, dado que esta proporción como idea de belleza y armonía se encuentra en los elementos visibles de la ciudad.
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