Santa Marta y su Isla
Nada de lo que ocurra en Santa Marta me puede ser ajeno, como a nadie le debe ser indiferente la vida de su pueblo.
Años atrás, cuando la Isla del Soto, parque del que disfrutamos en la actualidad, era un sueño que se repetía elecciones tras elecciones, dejamos nuestra impaciencia por escrito en la revista "Movida Cultural", de la Asociación Tierno Galván, que desde hace años dirige la concejala Carmen Cabrera -en la actualidad cabeza de lista de "Santa Marta decide"-.
En aquel artículo sólo intentábamos aunar conciencias para que TODOS los partidos fueran conscientes de la importancia de hacer comunidad. Lo titulamos "Señas de identidad" y aquí, aunque nuestra aportación fue muy humilde, sin embargo, ahora que la Isla de Soto es la realidad que estuvo en nuestros sueños, queremos ser agradecidos y felicitar al anterior Consistorio.
Extractamos aquel artículo en el que, entre otras cosas, decíamos:
"Ya es hora de que Santa Marta de Tormes tenga algo sobresaliente para que nuestros niños y jóvenes puedan recordar. Disponemos de suficientes colegios e institutos, es verdad, pero eso es parte de la obligación, y las obligaciones cotizan poco. El deporte, entre sus muchos beneficios, es un germen extraordinario para las relaciones sociales, pero tampoco es algo específico o extraordinario en nuestro pueblo, aunque haya que mantenerlo y potenciarlo.
Y en los tiempos que vivimos yo no querría que nuestros hijos o nietos sólo recordaran en sus conversaciones 'aquí hubo un bar que cerró, luego pusieron una casa de seguros que también cerró, después abrieron... que también cerró, que también cerró', ¡bueno, para qué seguir! Este sería el eterno cantar... Pero Santa Marta tiene un recurso que no lo tiene cualquiera y está sin explotar: LA ISLA DE SOTO".
Aquel artículo, para el recuerdo, lo finalizamos con unas rimas que no nos sustraemos de insertarlas a continuación:
"ISLA DE SOTO
Cerca de los madriles / discutían dos zagales / sobre las bonanzas miles / de sus pueblos naturales.
-El mío tiene un castillo / con almenas señoriales. / ¿Qué tiene el tuyo, listillo? / ¿colegios y colegiales?
-Espera, no te vayas por pretiles / ni, del saber, manantiales, / y a tus cortesanos diles / que mi orgullo es una isla plagadita de florales.
- No compares un castillo, / con historias magistrales, / a una palmera, un naufraguillo / unos bermudas y unos timbales.
-Mira que sois zascandiles / los de vuestros andurriales, / ¡lindezas son aposentos de misiles / de los tiempos medievales!
-Pues explicaos. Mi tiempo os cedo.
Esta isla no es de palmera, es de grillo / aunque no tenga trigales. / Burló al Tormes y salió de tapadillo, / salvaje, con juncos y matorrales.
Hasta que la tomó un jardinero / con gran paciencia y rastrillo / y recorte de peluquero, / le abrió caminos y sembró tomillo.
Todo ello con poco dinero. / Ahora se disfruta desde los abriles / esquivando los fríos de febrero. / ¡¡¡Qué grande fueron aquellos ediles!!!
Estrambote:
Para un niño, su pueblo es lo primero. / Qué orgullo de Castillo donde se halle. / Qué orgullo de Isla de Soto tenemos.
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