Europa en el corazón de España

Dentro de un mes, los españoles estamos llamados junto con los ciudadanos de otros 27 países a votar a nuestros representantes en el Parlamento europeo.

Tradicionalmente, estas elecciones europeas han sido objeto de relativo interés como han demostrado los bajos índices de participación electoral, de hecho, los ciudadanos apenas somos conscientes de la importancia de pertenecer a la Unión Europea.

La Unión Europea ha supuesto para España y los españoles la llegada de ingentes cantidades de dinero que han servido para modernizar nuestras infraestructuras, carreteras, trenes, aeropuertos y puertos.

Nuestras ciudades y nuestros pueblos se han visto igualmente favorecidos como demuestran los carteles que figuran por todas partes con el texto "Proyecto Cofinanciado por la Unión Europea".

Nuestros agricultores han visto incrementar sus ingresos con la Política Agraria Común. Y nuestros empresarios han podido expandirse por todo el mundo creando empresas multinacionales. ¿Y qué deir de las oportunidades en Europa para nuestros jovenes estudiantes?.

Pero la Unión Europea ha facilitado igualmente nuestra integración como país democrático junto a los grandes países europeos, superando los viejos problemas del aislamiento internacional de España y forjando así una sociedad civil que ha reducido, desde 1986, drásticamente las desigualdades.

Para España, el ingreso en la Unión Europea supuso convertir a la sociedad española en una sociedad con valores y proyectos de democracia avanzada, consolidando un Estado de Bienestar que ha funcionado relativamente bien hasta la gran crisis económica de 2008.

Hoy en día, la Unión Europea pasa por una importante crisis que no solo tiene que ver con la política económica de austeridad impuesta por Alemania, sino también por el crecimiento de los movimientos populistas de Derecha Radical, claramente antieuropeos, que pretender reducir y anular muchos de los logros sociales y políticos conseguidos.

Los partidos antieuropes están en contra de que las Instituciones de la Unión Europea reduzcan sus diferencias sociales mediante un salario mínimo europeo, rechazan que la Unión tenga un ejército propio y no dependa de los ejércitos nacionales y de la OTAN, se oponen a la libre circulación de personas, trabajadores y estudiantes por el territorio de Europa y niegan la entrada de emigrantes, necesarios para el progreso económico.

El Populismo de Derechas, Nacionalista y Antieuropeo, cuyo ejemplo en España es VOX, crece al hilo de la crisis económica y ha creado el problema del Brexit británico.

Lo que necesita Europa no son Populismos de Extrema Derecha sino Instituciones Europeas más democráticas y cercanas al ciudadano.

Urge reformar los Tratados europeos para fortalecer el papel del Parlamento Europeo, elegido democráticamente por todos los ciudadanos, frente a los Estados Nacionales, con la finalidad de que el Presidente del Consejo Europeo sea elegido directamente en el propio parlamento sin intervención de los Gobiernos.

Europa es una Comunidad con valores morales de una democracia avanzada, entre estos valores destacan la defensa de la igualdad entre hombres y mujeres, la defensa de no discriminación por razones derivadas de sexo, raza, orientación sexual, etc, la defensa de la solidaridad entre países de la Unión, la defensa de una Ciudadanía Europea.

En consecuencia, frente a la abstención que siempre beneficia a los Populistas anti-europeos es urgente una mayor participación de la ciudadanía para defender nuestro modelo social y democrático.

Si los grupos políticos de Extrema Derecha como el español VOX, el Frente Nacional Francés, La Ultraderecha holandesa, finlandesa o Danesa, los flamencos Belgas, etc ganan esta partida la Unión Europea puede entrar en una crisis irreversible para mayor honra y gloria de sus beneficiarios Estados Unidos, China y Rusia.

De nosotros depende.