La playa está cada vez más cerca

- Estamos llegando, le comenta el contramaestre de la nave de Unionistas al capitán.

- ¿Estás seguro?, con catalejo en mano le pregunta el mandamás de la expedición.

- Sí, con contundencia vuelve a decirle el segundo de abordo al primero.

Y se nota en el ambiente que la playa, lugar de destino, está próxima. Llevan remando veintiséis jornadas y el paisaje ha cambiado. Lejos queda el frío invierno, la mar revuelta, noches de trabajo incansable para que el timonel no perdiera el rumbo y días de posibles abordajes por piratas intrépidos de sangre diabólica.

Ahora la travesía es amable, el sol brilla con fuerza, la comida es abundante y la tripulación sonríe porque el final se acerca, en puerto esperan días de vino y rosas, ó lo que es lo mismo, mucho ron y noches en vela en tabernas festivas.

Y se palpa en la atmosfera que el final feliz está cerca porque la humedad aprieta, las gaviotas vuelan cerca del barco y la espuma que desprende la cálida mar, provoca felicidad en el mapa de Unionistas. La playa se aproxima y el tesoro de la permanencia en la categoría está en la palma de la mano de los jugadores y técnicos de Unionistas.

Un paso más y transcendental. Victoria que vale más que tres puntos ante un rival, el CDA Navalcarnero, que se fue diluyendo en una ola sin fuerza ante la cercanía de la playa. Unionistas se acerca a puerto y la fiesta con sus clarines y trompetas empiezan a coger forma en las mentes locales.

Restan doce partidos, semanas con sábados y domingos, en lo que el navío de Roberto Aguirre, de no encontrar vientos y tormentas imprevisibles, llegará plácidamente a la playa de la permanencia. Playa con su fina arena, aguas de verde esmeralda y fiestas sinfín. Faltan días, pero cada vez está más cerca el objetivo, hecho histórico en un primer viaje por la Segunda División B que se antoja inolvidable para Unionistas.

Las banderas del fútbol popular desplegadas con todo su esplender en el navío, describen escenas indescriptibles en el primer año de Unionistas en la categoría. Cada vez falta menos, próxima parada Valladolid. En el puerto vallisoletano se pueden coger víveres suficientes para no tener que volver a echar el ancla hasta la playa Permanencia.