42 años de la trágica noche de Atocha
Placa dedicada a los abogados laboralistas en la calle de la sede de CCOO Salamanca
El salmantino Serafín Holgado fue una de las cinco personas que aquel 24 de enero de 1977 fallecieron a manos de los pistoleros de ultraderecha
Lunes, 24 de enero de 1977. Madrid. Una calle, Atocha 55; un despacho laboralista vinculado al PCE y a CCOO al que Serafín Holgado, estudiante de Derecho de Salamanca, se había incorporado hacía unos meses. Aquella noche, otras ocho personas más estaban allí cuando tres pistoleros de la extrema derecha irrumpieron el despacho emprendiéndola a tiros.
Cuatro abogados y un administrativo fallecieron -Francisco Javier Sahuquillo, Javier Benavides, Enrique Valdevira, Ángel Elías Rodríguez Leal y Serafín Holgado-. Otros cuatro habrían de sobrevivir a las heridas -Alejandro Ruiz-Huertas, María Dolores González Ruiz, Miguel Sarabia y Luis Ramos-.
Duelo en la calle
Al paro de los trabajadores -en la capital, más de cien mil trabajadores; en toda España, más de medio millon- se sumó la multitudinaria manifestación en sobrecogedor silencio con motivo del entierro de los abogados laboralistas. Llegaron más de quinientas coronas de flores.
El 26 de enero, por la tarde, el féretro con los restos mortales de Serafín Holgado llegaba desde Madrid a Salamanca, siendo conducido hasta la capilla universitaria donde fue velado durante toda la noche. Al día siguiente, más de 15.000 personas salieron a la calle para despedir a Serafín.
Atocha, en la semana más trágica de 1977 (también se produjeron el asesinato de un estudiante, la muerte de una joven en una manifestación en la Gran Vía y el secuestro el general Villaescusa), iba a marcar un antes y un después en el proceso de la Transición que, entre otros avances políticos, habría de culminar, meses después, en el Sábado de Gloria, con la legalización del PCE, que desmostró ser una fuerza clave para garantizar la convivencia y asegurar el proceso democrático.
Hoy, 24 de enero, tomamos prestadas las palabras escritas en su día por Julio Fernández Segura, abogado laboralista fallecido en 2014 y que formó parte del despacho de la calle Atocha 55, para recordar a los abogados de Atocha: "Os mando un mensaje de esperanza, aunque digan que utópico, en que al final ganará la razón, la justicia, la solidaridad. Continuáis y así será siempre en nuestra memoria. Seguiremos luchando por nuestras ideas".