Genios anónimos

Al genio se le distingue en cuanto se le ve. Aunque no cursaran estudios superiores, han dejado grandes obras a lo largo de su vida, tal es el caso de Laureano Pérez Mateos, nacido en allá por el año 1932 en Pedrosillo de los Aires y de profesión Maestro Albañil.

Os sorprendería ver las maravillas construidas gracias a su ingenio, sin haber conseguido la fama, esto nos hace pensar que la genialidad consiste en muchos casos, en la que pasa desapercibida.

La portentosa imaginación unida a su facilidad innata para crear al construir, ha hecho que su talento quedara plasmado y fuera de toda duda.

Hace sesenta años las familias solían tener de cinco a diez hijos y era necesario el adaptar la vivienda que, aunque no eran más grandes que las de ahora, se utilizan otro tipo de materiales más pesados, utilizándose más la mano de obra humana.

Hoy podemos ver cómo ha ido evolucionando la forma de vivir, así como la construcción de las viviendas y en este proceso Laureano fue pionero en el uso de los distintos materiales, pasando por el adobe, la piedra, el ladrillo y el hormigón entre otros tantos.

Él creaba sus propios diseños y en todos ellos se podía distinguir huella con las influencias del modernismo (La forma no siempre obedece a la función).

Laureano creó escuela y hoy en día varios de sus alumnos siguen demostrando, que la interacción entre la construcción, el medio ambiente y las personas, es posible.

Este pequeño homenaje a esas mentes brillantes que nos han aportado tantas emociones a través de sus obras.

María Ángeles Pérez Nieto