El fútbol sala femenino recobra importancia en la ciudad gracias al Universidad de Salamanca

Salamanca siempre ha sido una ciudad en la que el fútbol sala ha tenido cabida como deporte. Recordado es el caso del Sol Fuerza que competía en la División de Honor y llevaba el nombre de la ciudad charra por el panorama nacional con cada consecución de títulos.

Con su desaparición, este deporte quedó huérfano de un referente en Salamanca y solamente el Club Deportivo Albense y el Salamanca Fútbol Sala han buscado en los últimos años impulsar y devolver a la provincia y a la ciudad la gloria perdida con la marcha del Sol Fuerza.

Eso en categoría masculina, porque en categoría femenina ha habido un equipo que ha conseguido que el nombre de Salamanca vuelva a sonar en el fútbol sala nacional. Se trata del equipo femenino de fútbol sala del Universidad de Salamanca, equipo entrenado por Jorge García y compuesto por jugadoras universitarias, antiguas alumnas de la USAL y jugadoras salmantinas de este deporte.

Desde esta temporada, el equipo compite en el Grupo IV de Segunda División Nacional tras conseguir el ascenso la temporada pasada como campeón de Primera División Regional.

En este primer tercio de temporada que se lleva disputado, podría decirse que, a pesar de ser un equipo recién ascendido, el conjunto universitario ha conseguido hacerse un hueco en la categoría hasta llegar a ocupar puestos de mitad de tabla.

"Somos un equipo complicado para nuestro rivales. El equipo que quiera ganarnos va a tener que sufrir y sudar mucho. El compromiso de grupo con el proyecto es total. Entrenamos cuatro días por semana y raro es que falte alguien a algún entrenamiento. Es algo que tiene mucho mérito teniendo en cuenta que son jugadoras que estudian y trabajan, y además sacan tiempo para entrenar y jugar los fines de semana", afirma con rotundidad el entrenador del equipo, Jorge García.

Sin embargo, hay muchas cosas que dejan que desear en el fútbol sala femenino a nivel nacional y a nivel de Salamanca. Son sobre todo temas a nivel de organización, pabellones, arbitrajes, cobertura de los medios de comunicación o salarios. Aún así, "el fútbol sala femenino existente en Salamanca es de los mejores de la región", tal y como afirma Jorge.

"En Salamanca tenemos tres equipos femeninos en este momento: Universidad de Salamanca, InterSala y San Roque Carbajosa de la Sagrada. Sin embargo, tenemos un problema y es que no hay equipos de cantera, con lo que las jugadoras comienzan a trabajar muy tarde aspectos del juego que deberían tener asentados ya en las categorías absolutas", finaliza el entrenador del USAL.

"Nos toca empezar de cero cada tres o cuatro años"

El ascenso conseguido la pasada temporada por el Universidad de Salamanca tiene un mérito aún mayor sí se tiene en cuenta que el equipo está formado en su mayoría por jugadoras universitarias a las que se unen antiguas alumnas y alguna jugadora de Salamanca.

Desde luego que esta situación tiene un hándicap, ya que como comenta la capitana del equipo, Aiora Arocena, "hay compañeras que normalmente juegan los años que están estudiando en Salamanca y una vez terminan sus estudios se van, con lo que nos toca empezar de cero cada tres o cuatro años".

Diez años lleva ya la capitana del equipo universitario practicando este deporte, por lo que puede afirmar tras su experiencia que "sí el fútbol sala está en un segundo plano, imagina el fútbol sala femenino".

"Trabajamos muy duro e intentamos aprender todos los días para buscar un mayor reconocimiento del fútbol sala femenino en Salamanca. Somos uno de los pocos equipos en la ciudad que compite en una categoría nacional y creo que merecemos una mayor atención", declara Aiora Arocena.

Mientras que llega ese reconocimiento, el equipo seguirá trabajando y luchando en la Segunda División Nacional buscando llevar el nombre de Salamanca a lo más alto del fútbol sala nacional femenino. A buen seguro que lo conseguirán, porque, más que un equipo, el Universidad de Salamanca es una familia.