Las reiniciadas obras del adarve sacan a la luz estructuras antiguas

Esta semana se han retomado por fin las obras de reforma del tramo del adarve de la muralla de Ciudad Rodrigo comprendido entre la Brecha Grande y la Puerta del Conde, que han estado paradas un mes (en el momento de su inicio apenas se colocaron unas vallas delimitadoras del tramo y unas estacas), debido a que la empresa a la que el Ayuntamiento adjudicó las obras quería subcontratarlas por completo.

Una vez se redefinió la situación, y el Ayuntamiento aprobó los nuevos planes de intervención, las obras se han puesto verdaderamente en marcha, manteniéndose eso sí el plazo original de ejecución de 5 meses, lo que hace que al menos estos primeros días las jornadas de trabajo estén siendo muy largas (en la tarde del jueves estaban trabajando pasadas las 19.00 horas).

Los movimientos de tierras realizados a lo largo de esta semana en el adarve han sacado a la luz varias estructuras antiguas junto a la Puerta del Conde, que según apuntó en la mañana del jueves el alcalde Juan Tomás Muñoz a Ciudad Rodrigo Al Día, "ya se sabía que estaban".

Concretamente, al igual que ocurrió cuando se reformó en 2017 el tramo del adarve comprendido entre el Parador y el Hospital de la Pasión, o cuando se intervino hace más de una década en el tramo de muralla adyacente a la calle Campofrío, han quedado a la vista -aunque no se puede llegar a ellos por el vallado- restos antiguos que quedaron ocultos cuando se construyó la nueva muralla retrancando la cerca medieval (a principios del siglo XVIII).

En este sentido, como recuerda Juan Tomás Muñoz, las casas que estaban adosadas a la cerca fueron absorbidas en el momento de la ampliación, derribándose hasta el primer forjado, que quedó enterrado bajo la muralla. De tal modo, al excavarse ahora en la zona, han vuelto a quedar a la vista. Como ha ocurrido en las otras zonas de la muralla donde han aparecido restos antiguos, volverán a quedar tapados durante la propia intervención.