Tuvo que dar un buen arreón final para superar al bosnio Abedin Mujezinovic, que había cogido una gran ventaja
Le hubiera gustado poder participar 'a la misma hora' en el prestigioso Meeting de París de la Diamond League -donde se dio cita parte de la élite mundial de los 800 metros lisos-, pero a cambio el atleta de La Fuente de San Esteban Álvaro de Arriba ya tiene en su currículum desde la tarde del sábado su primer ORO en una prueba de carácter internacional, tras imponerse en la gran final de los Juegos Mediterráneos que se están disputando en Tarragona.
A diferencia de lo que ocurrió en la semifinal -cuando se puso en cabeza desde el primer momento-, en esta ocasión Álvaro de Arriba optó por quedarse de salida en la parte de atrás del grupo. Sin embargo, pronto cambio de táctica, y al paso por el 200 empezó a ir hacia delante, ya que un atleta bosnio, Abedin Mujezinovic, se había escapado por completo del grupo.
Al paso por el 300, Álvaro de Arriba ya estaba en la parte delantera del grupo, encabezándolo en el primer paso por meta, a una considerable distancia (unos 2 segundos y medio) del citado atleta bosnio que seguía en solitario.
Álvaro de Arriba no llegó a perder la segunda plaza de la carrera pese a la dura lucha que había por detrás, teniendo que esforzarse al máximo para ir enjuagando la distancia con el líder. No fue hasta la recta de meta (cuando quedaban unos 50 metros) cuando el atleta de La Fuente logró adelantar al atleta bosnio, con el marroquí Mostafa Smaili pisándole los talones.
Finalmente, Álvaro de Arriba se hizo con la victoria con un tiempo 1'47"43, quedándose Smaili con la plata con 1'47"56, y el bosnio Mujezinovic con el bronce con 1'48"07. Hay que resaltar que el oro de Álvaro de Arriba fue -al menos hasta el momento de publicarse esta información (aún quedan algunas pruebas)- el primero para España en Atletismo en estos Juegos Mediterráneos. El otro español en liza en los 800 metros, Daniel Andújar, quedó 5º.
Un rato después de la carrera, tuvo lugar la ceremonia de entrega de medallas, subiendo Álvaro de Arriba a lo más alto del podio para recibir la medalla de oro (y una reproducción de la mascota de los Juegos), y escuchar el himno español.