Detrás de tu perfil

No sé si habrá suficiente espacio en el cosmos o en el universo digital para contar todo el amor que te profeso.

No sé si habrá suficientes montañas en el espacio sideral, ni estrellas en el campo, ni cielos en las nubes, no lo sé?

No sé si habrá más grandes lunas, si existirán mayores tamaños, si se inventarán tallas más grandes, más XXL para vestir un corazón tan lleno de amor?

Te veo de mil formas, eres tan sabido, las ondas de tu cuerpo, tu piel tan suave, tus tonos de voz, tus miradas, tus palabras, tus ideas, tu forma de pensar, las formas que dibuja tu pelo cuando crece?

Siempre que quiero, siempre, puedo verte en el coche, tu perfil en un fondo de montañas que corren tras de ti, campos de amapolas que corren tras de ti, encinas y encinas volando raudas detrás de tu perfil. No sé por qué esa imagen me viene tan fácilmente siempre que quiero? Tus manos en el volante, moviéndose con elegancia? Tus manos, que tanto me hablaron de ti casi sin conocerte? Tus manos, que me contaron en secreto todas las caricias que me regalarían. Tus manos, fieles a su palabra, que me dijeron en confidencia cuánto me amarías?

Tu voz, esperada en el teléfono, está tatuada en mi cerebro, en lo más profundo de mi ser, la voz del amor, de la ilusión, de las quedadas, la voz que preguntaba qué haces, qué tal te va, cómo va esto o aquello, tu voz siempre atenta, amable, cortés, tu timbre de voz, en la médula de mi médula, en el tuétano de mis huesos, en el tuétano de mi amor? La voz alegre y risueña, la voz grave de las palabras solemnes, la voz acariciadora y tenue que respira en mi piel al ritmo que respira mi cuerpo, la voz feliz que canta en el coche, las manos que conducen sin apenas rozar el volante, las mismas manos que ponían para mí toda la música que me había gustado toda mi vida, la que más me hacía colgarme del universo y de ti cuando aún no te conocía?

El brillo de tu pelo, el brillo de tu barba, el brillo de la piel de tu cara, tu perfil, con montañas nevadas que corren detrás de ti? Nunca dejaremos de escalar montañas?

No sé si habrá vidas suficientes para albergar tanta vida, si habrá tantos aromas para explicar tu aroma, no sé si habrá tantas preguntas y tantas respuestas como para saber cómo estás y cómo te va, no sé si habrá tantos silencios cómplices, silencios que no precisan de palabras porque bailan al mismo sonido, al mismo ritmo silencioso cuando todo está contado, cuando todo está entendido, cuando todo está explorado?

Antes de saber de ti descubrí con Unamuno que Castilla es ancha y plana como el pecho de un varón, y dormí mil veces, mil noches en tu Castilla, y descubrí que no había mejor lugar en el mundo que perderme en tu pecho, que reposar en tu pecho, que descansar en tu planicie, que parar el reloj y morir y vivir en tu pecho, al ritmo de tu corazón, y acompasar los sonidos, y bailar la misma música en tu pecho, que eres la mejor playa y el mejor mar que envuelve toda mi piel envolviendo toda mi vida.

No sé si habrá suficiente espacio en el universo digital o interestelar para contar todo el amor que te tengo, todo lo que te admiro, todo lo que te quiero?

Antes de ti me enseñó Neruda: "Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos". Y esa es, desde que te conozco, mi letanía? "Quiero hacer contigo lo que la primavera hace con los cerezos"? Mi mantra repetido hasta el infinito? Yo sólo quiero hacerte florecer, verte reír y jugar, escuchar en tu voz aquella vieja canción para abrazarnos tanto, y verte saltar olas, y nadar mares, y caminar playas, y ver montañas corriendo detrás de tu perfil.