La multitud de las espigas

¿Qué hace ahí la amapola, asomada sobre el mar de las espigas, con su rojo redondo? ¿A quien seduce? Es figura solar, impregnada de vida. Sus pétalos sedosos se vuelven colorados, como símbolo de esa intensidad vital que todo existir necesita para tener sentido.

Las espigas anónimas, en multitud, la escoltan y protegen, a esa amapola única, singular, atrevida, que se atreve a desafiar cualquier monotonía, para dar señales de su existir, para dar señales de una vida plena en los días luminosos, hasta que el viento derribe, ay sus pétalos.

José Luis Puerto / Foto de Carlos Santiago