“La piel hay que cuidarla siempre porque tiene memoria”

"Es bueno tomar el sol" pero, como subraya Concepción Román, jefa del Servicio de Dermatología del Complejo Asistencial Universitario de Salamanca, sin olvidar que debe tomarse "siempre con la protección adecuada para evitar patologías de la piel". El sol tiene muchos beneficios, como la absorción de vitamina D y la producción de endorfinas, pero también puede ser el principal enemigo de la piel y pasar factura en forma de quemaduras, manchas, fotoenvejecimiento o cáncer de piel.

Con la llegada del verano nos exponemos más al sol, aunque los riesgos de una exposición solar excesiva existen tanto en verano como en invierno. "La piel hay que cuidarla siempre, es nuestro envoltorio y la que nos preserva practicamente de todo", y porque además, como recuerda Concepción Román, "la piel tiene memoria". El daño solar se acumula en la piel, el órgano más extenso del cuerpo, y recuerda la falta de cuidados a lo largo de toda la vida.

Gracias a las campañas para concienciar a la población sobre la importancia de adoptar buenos hábitos relativos a la exposición solar, "cada vez la gente se preocupa más por la piel", pero "también es verdad que hay franjas de edad, sobre todo entre los jóvenes, en las que esa preocupación es menor, porque aunque se preocupan de darse fotoprotector cuando van a la playa, pero antes han ido a darse rayos UVA", los cuales pueden ser tan "peligrosos" como abusar del sol.

La mayoría de los tumores de piel se producen por una exposición solar prolongada y excesiva y sin protección, y "sabemos claramente cómo podemos prevenirlos". Prevención y protección desde la infancia, etapa en la que "la piel es más vulnerable" y las posibles quemaduras "son las que luego van a revertir en un envejecimiento prematuro de la piel y en una mayor posibilidad de tener lesiones malignas en el futuro".

Melanoma, el más agresivo

Entre los tumores de piel más comunes están el carcinoma basocelular, el carcinoma epidermoide y el melanoma, siendo este último "el más agresivo" de los tres y en el que la prevención juega un papel especialmente clave. La supervivencia del melanoma está mejorando estos últimos años, gracias a su diagnóstico temprano y a los nuevos tratamientos que ayudan a prolongar la vida de pacientes con melanoma en estadio avanzado.

Los otros dos cánceres de piel "son los más frecuentes del ser humano". "Si se detectan en estados incipientes", explica Concepción Román, "y no han invadido estructuras internas, nervios o vasos, tienen una tasas de curación altísimas, aunque en estadios avanzados las cosas se pueden complicar". "Hemos avanzado mucho en la prevención y en los tratamientos de las lesiones pretumorales", añade.

El ABCDE de los lunares

Los expertos avalan la importancia de vigilar la piel con frecuencia ante cambios en los lunares o la aparición de nuevas pigmentaciones. La mayoría de los lunares son inofensivos, pero conviene saber detectar cambios o señales dudosas ante un lunar nuevo en la piel o uno existente que haya cambiado en tamaño, forma o color. Los melanomas no solo se originan en lunares previos, también pueden hacerlo sobre piel sana, sin lunares y sin exposición al sol, como por ejemplo en la planta de los pies o debajo de las uñas.

El abecedario del lunar, ABCDE, ayuda a autovigilar el aspecto de los lunares de la piel atendiendo a los siguientes criterios: asimetría (A), bordes (B), color (C), diámetro (D) y evolución (E). Ante la duda, consultar con el médico de cabecera para evaluar si conviene acudir al dermatólogo.

"Ahora se hacen diagnósticos muy precoces. Si cogemos el melanoma en estadios muy incipientes, cuando esas células malignas o melanocitos están en la epidermis, la capa más superficial de la piel, no tenemos riesgos de metastizar (extenderse al resto del organismo) porque no pueden llegar a los vasos que están en la dermis", explica Román.

Protegerse del sol

La prevención primaria consiste en disminuir los factores que aumentan la probabilidad de que la enfermedad se produzca y para el cáncer de piel consiste principalmente en limitar la exposición dañina a los rayos UV.

• Limitar el tiempo de exposición directa al sol, sobre todo en las horas centrales del día (entre las 11 y las 16 horas aproximadamente).
• A cualquier hora, la sombra es la mejor aliada.
• Aplicar regular y correctamente protectores solares (factor de protección alto según el fototipo de piel).
• Usar prendas protectoras, como un sombrero para proteger los ojos, el rostro y el cuello.
• Usar gafas de sol con protección garantizada frente a los rayos UV y cerradas a los lados.
• Evitar las camas bronceadoras.
• Mantener a los bebés y los niños pequeños a la sombra.Realizar una autoexploración de tu cuerpo cada uno o dos meses.