VILVESTRE | Los paseos fluviales por el Duero, la marcha de senderismo y la iniciativa privada orientada al alojamiento y la gastronomía, colocan en el horizonte un futuro más que cierto
Vilvestre es con Aldeadávila de la Ribera los dos municipios del Parque Natural Arribes del Duero que más han confiado en el turismo rural como ayuda a las labores tradiciones para su desarrollo económico. Para ello cuenta con una ventaja importante respecto al resto y que entonces, hace ya casi dos décadas, supo ver José Manuel Guarido, entonces alcalde de la localidad y que impulsaba con la Cámara portuguesa de Freixo la sociedad Congida-La Barca para el establecimiento de rutas fluviales por el Duero. Primero con dos catamaranes instalados en los pequeños muelles instalados en sendos municipios en los parajes que dan nombre a la sociedad, Congida en el lado portugués y La Barca en el vilvestrino, y después ?viendo la acogida de la iniciativa? en 2004 llegaba un nuevo barco de mayor capacidad y que en la actualidad se encarga de recorrer el tramo comprendido entre la presa de Saucelle y el Salto de Aldeadávila con dos recorridos de distinta duración y paisaje, uno más abierto y otro de mayor espectacularidad por las arribes de Mieza.
Pero junto a este recurso, el más importante del municipio, han surgido iniciativas privadas ligadas al alojamiento y la gastronomía de la zona, pues "es este sector una pieza clave para el crecimiento turístico, porque una cosa sin la otra es imposible crecer", señala el alcalde de Vilvestre, Manuel Domínguez. Actualmente, Vilvestre cuenta con tres casas rurales, un hotel, panadería, dos tiendas y dos restaurantes, "15 personas que tienen el turismo casi como principal recurso, lo que garantiza los servicios demandados por el sector turístico", señalaba el regidor.
Además de los paseos fluviales, si ha habido una actividad que ha dado a conocer no solo Vilvestre sino el conjunto de Las Arribes, esta ha sido su marcha senderista, evento que ha servido de ejemplo para muchos pueblos una vez que su convocatoria supera cada año, en condiciones climatológicas normales, el millar de senderistas.
Junto a estos importantes atractivos, Vilvestre suma el Museo de la Prehistoria de Arribes, un centro en el que el visitante puede observar restos arqueológicos hallados en distintos lugares del municipio y que datan de la Edad del Bronce, incluso se atribuye a la era del Paleolítico un taller que se ubica en el acceso al mirador del Castillo, en el punto de mayor altitud del municipio.
Centro de la biodiversidad
El premio Conama de 200.000 euros al proyecto para la recuperación de la biodiversidad cultivada y salvaje de Arribes, concedido en 2008 por el Ministerio de Medio Ambiente, dio un paso más en 2014 para situar a Vilvestre como proyecto integral que persigue la dinamización turística y económica de esta localidad.
Tras lo que podría considerarse la primera fase, que consistió en la recuperación de parcelas y la plantación de semillas de especies cultivadas y silvestres propias del Parque Natural Arribes, el Plan de Dinamización Arribes Sur concedió una nueva dimensión a este proyecto con la recuperación de las antiguas escuelas hoy convertidas en una amplia aula para la proyección de audiovisuales, y el Centro de Interpretación de la Biodiversidad en Arribes, instalaciones cuyas obras, además de equipamiento, requirieron de una inversión de 200.000 euros.
Además de todo lo anterior, el proyecto pasa a configurarse como global a través del albergue municipal, instalaciones que permiten el alojamiento de 15 personas y que pretende cubrir la demanda de aquellas personas interesadas en participar en la oferta de actividades que se programarán desde el Centro de Interpretación, gestión que corre a cargo de la Fundación Cepaim y que se personaliza en la figura de Sergio Pérez Gorjón, natural de Vilvestre, gran conocedor de la zona ?por tanto? y profesor asociado de la Usal, y que ha sido contratado por la Fundación Cepaim para esta labor.