El Descendimiento de Cristo alivia la ausencia del Santo Entierro en Lumbrales
Debido al temporal, la procesión tuvo lugar en el interior del tempo de la Asunción con la urna de cristal y la Dolorosa
La villa de Lumbrales acogió este Viernes Santo uno de los actos más ancestrales que se conservan en la provincia en torno a la Semana Santa. Considerada como una de las estampas más singulares de los actos procesionales que se conservan en la actualidad, el Descendimiento de Jesús crucificado ofrece una de las imágenes más impactantes de la muerte de Cristo, especialmente cuando los brazos articulados del Crucificado adquieren movimiento al ser desclavados de la cruz por un grupo de feligreses, y que en el caso de Lumbrales, se trata de una tradición que ha correspondido durante décadas a las familias Arroyo Arroyo, Santiago Arroyo y Santiago Sánchez.
Se trata de una Imagen versátil que adopta distintas iconografías, primero se presenta como Crucificado y al ser desclavado de la cruz compone el Descendimiento con la participación de personajes vivos, que presentan a su madre, La Virgen, el cuerpo de su hijo yaciente.
Así, tras el sermón oficiado por el sacerdote Carlos Norberto Gómez Jiménez, acto que contó con los cánticos de los feligreses y la música de órgano interpretada por Geli García, los integrantes de sendas familias procedían a desclavar a Jesús de la cruz para presentar su cuerpo inerte a su madre Dolorosa antes de descansar en un sepulcro de cristal.
Como en tantos otros lugares de la provincia, el temporal de viento y lluvia impidió la celebración de la procesión del Santo Entierro, desarrollándose este acto en el interior del templo de la Asunción bajo los cánticos de hombres y mujeres.