CIUDAD RODRIGO | La Coral Dámaso Ledesma participó en la procesión cantando desde la balconada de la Casa Consistorial
Por segundo año consecutivo ?tras la mudanza de la Procesión de la Santa Cruz a la mañana del Jueves Santo-, la noche del Miércoles Santo fue dominada íntegramente en Ciudad Rodrigo por las mujeres de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias, que en esta ocasión pudieron procesionar sin tener que estar escuchando cómo se cantaban goles en los bares como les suele ocurrir habitualmente al coincidir con partidos de Champions.
Al no haber ningún partido de fútbol en televisión, la procesión transcurrió con total tranquilidad, salvo por el hecho de que estuvo marcada por las nubes que habían aparecido en el cielo durante la tarde, preludio del cambio de meteorología que se vivirá a partir de este Jueves Santo. Esas nubes hicieron que la imagen de la Virgen de las Angustias saliese ya con poca luz natural de la Iglesia de la Venerable Orden Tercera.
En su interior, se había desarrollado de forma previa una eucaristía en la que se oficializó el relevo en los cargos de responsabilidad de la Cofradía. Concretamente, Teresa Barrueco ha dado paso al frente de la Cofradía a Laura Magdalena Miguel; mientras que en el cargo de capellán, José María Rodríguez-Veleiro toma el relevo de José Manuel Carballo.
Como es habitual, la salida de la Iglesia Venerable Orden Tercera y el primer paso por la Plaza Mayor fueron los momentos más seguidos de todo el desfile, que contó un año más con la colaboración de la Coral Dámaso Ledesma, que interpretó un par de piezas desde la balconada de la Casa Consistorial en cada uno de los pasos por el ágora de la procesión, que como es habitual también contó con la colaboración de la Banda de Cornetas y Tambores de la Ilustre Cofradía de la Santa Cruz.
Tras ese primer paso por el ágora, el desfile siguió el recorrido de costumbre, por la calle San Juan, Cristóbal de Castillejo, Enrique Zarandieta y Rúa del Sol para alcanzar de nuevo la Plaza donde, además de cantar la Coral, pronunció unas palabras el Vicario General de la Diócesis, Tomás Muñoz Porras. Para abandonar la Plaza, la procesión tomó la calle Cardenal Pacheco en dirección a la Catedral de Santa María.
Como es tradición, el desfile finalizó en la Plazuela de Herrasti, donde se cantó una Salve antes de introducir la imagen por el Pórtico del Perdón, donde unas cuantas personas aprovecharon para hacer fotografías a la imagen de la Virgen con el fondo artístico del Pórtico. Hay que apuntar que, a diferencia del resto de procesiones celebradas hasta la fecha, en este desfile no hubo representación de otras cofradías.