Tiempo entre costuras en el barrio Vidal

Entre hilos de colores, agujas, telas, botones y abalorios, manos de mujeres hilvanan las más variadas creaciones textiles, desde pequeños botones charros de fieltro a mochilas, baberos para botellas, originales alfileteros en forma de sombrero o cubre tapas para decorar los botes de mermalada y confitura. Es 'El Tiempo entre costuras', uno de los talleres del programa de Educación de Calle para mayores que desarrolla la Asociación Asecal, cuya dinámica sede en el barrio Vidal se ha convertido en un espacio de encuentro para fomentar la convivencia y fortalecer los vínculos vecinales, especialmente en el caso de las personas que viven solas.

Con la costura como el mejor pretexto para "salir de casa, conocerse y pasar un rato juntas", como explican las mujeres mientras se afanan, con experiencia, en enhebrar la aguja para coser, cortar las telas o rematar las labores de costura y manualidades creativas. No faltan ideas originales en las que, como explican, "también utilizamos muchos materiales reciclados".

Enseñar o aprender, "cada una aporta lo que sabemos", porque al igual que no hay edad máxima para participar tampoco es necesario saber coser. De hecho, como señala la educadora social Mercedes Iglesias, la media de edad de las mujeres, cerca de una veintena, va desde "los 55 a los 80 años". Comparten tiempo, tareas, inquietudes y, sobre todo, "se conocen y se crean vínculos afectivos".

Mesa camilla los viernes

Un taller práctico y dinámico que enlaza con otras de las actividades que comparten el objetivo de afianzar la convivencia y hacer barrio. Así, cada viernes por la mañana, en Asecal se organiza la Mesa Camilla, una invitación para compartir un café y una grata conversación.

El programa de Educación de calle, con 15 años de trayectoria, también incluye en el área de mayores los talleres de memoria o las actividades intergeneracionales, para fomentar las relaciones entre personas de diferentes grupos de edad y enriquecer los vínculos y el conocimiento mutuo.