Desde que apareció este término nadie discute que ese sea el punto de inicio de las fiestas, echándose en falta que haya algo 'similar' para cerrar el evento en la tarde del Martes
Ciudad Rodrigo vivió este viernes el tradicional Campanazo. Miles de personas abarrotaron la Plaza Mayor. El 20 de febrero de 2009 el Carnaval del Toro de Ciudad Rodrigo vivió su gran revolución moderna. En la tarde de esa jornada, Viernes de Carnaval, se produjo el nacimiento de una pieza carnavalera sin la cual ahora mismo sería imposible concebir las fiestas grandes de Miróbriga: el Campanazo promovido por la Asociación Cultural Carnavaldeltoro.es.
Hasta ese momento, el Carnaval carecía de un punto de arranque plenamente definido. Para algunos, el evento comenzaba a las 19 horas, con el tradicional encierro de mansos de la tarde del Viernes. Para otros, a las 20.30 horas, con el acto más solemne de todo el programa, el Pregón Mayor en el Teatro Nuevo Fernando Arrabal. Y para otros, pasados unos minutos de la medianoche, con la salida a las calles de los primeros toros, algo que tiene lugar siempre en la noche del Viernes de Carnaval con la primera capea. Desde que apareció el Campanazo nadie discute que ese sea el punto de inicio del Carnaval, echándose en falta que haya algo 'similar' para cerrar el evento en la tarde del Martes, ya que ahora mismo el único signo de cierre es el momento en que la Campana del Ayuntamiento suena por última vez indicando que ha finalizado el último desencierro.
El que todavía no se haya puesto un 'cierre' es aún más sorprendente atendiendo a la sencillez de la premisa del Campanazo: escuchar de forma conjunta el primer toque de la Campana del Ayuntamiento, que marca durante los días de Carnaval con sus diferentes ritmos (más rápido, más lento, o con mayor o menor frecuencia) cómo están discurriendo los encierros y desencierros. En los últimos años, ese primer toque de campana corre a cargo de la persona o entidad que recibe el premio Reloj Suelto creado por la Asociación Carnavaldeltoro.es, ideóloga del Campanazo, y que ha sabido darle un marco atractivo a ese golpe de campana.
En este sentido, el Campanazo no se queda en una mera reunión a una hora determinada en la Plaza Mayor, sino que comienza de forma anticipada, con una concentración fuera de murallas, desde la cual los asistentes van todos juntos hasta el ágora mirobrigense al ritmo de miembros de las charangas, que siempre han colaborado con este evento incluidos los años en que el Carnaval no contó con charangas locales por discrepancias con el Ayuntamiento. Ese tramo de tiempo previo a la Plaza Mayor es el que sufre este año una completa revolución en aras de tener mayor seguridad y de prolongar durante más tiempo la fiesta coincidiendo con la 10ª ocasión en que se realiza.
Por supuesto, todas ellas han contado con un masivo respaldo de público, pese a que alguna por ejemplo se ha desarrollado tras caer un fortísimo chaparrón. Ese crecimiento hizo que con el paso de los años fuera necesario introducir controles a lo largo de la calle Madrid, para evitar que todo el público accediese al ágora por esa vía.
El arranque del Campanazo se ha trasladado este año a la zona de los Pinos, lo que ha permitido además alargar la fiesta. De este modo, la reunión previa al Campanazo comenzará en esta ocasión a las 16 horas (hasta ahora empezaba a las 17 horas) estando animada la primera hora por una discomóvil.
Posteriormente, hicieron acto de presencias las charangas, para iniciar el mítico trayecto conjunto hasta una Plaza Mayor que estaba totalmente abarrotada. Durante ese camino hacia el ágora, a la altura del Registro, se produjo el esperado reparto de pañuelos farinatos distintivos del evento, que este año lucirán un símbolo especial por tratarse del 10ª Aniversario.
Ante la altísima demanda de todos los años, que hace que siempre se agoten, se ha decidido aumentar la tirada, y en vez de los 7.000 pañuelos de los últimos años, se han fabricado 8.000. Aunque no es un rito tan marcado como el de los Sanfermines, donde el pañuelo rojo se anuda al cuello cuando suena el Chupinazo, muchas personas esperan a estar en la Plaza para anudarse el pañuelo farinato, para poder agitarlo antes de que llegue el momento de que suene el primer Campanazo (en el cual la Campana se toca rápido, como si estuvieran los toros moviéndose por el recorrido), que siempre viene acompañado de la suelta de confeti y globos. Una vez escuchado estallada la fiesta, la Plaza se va poco a poco vaciando, para iniciar un auténtico maratón, que tiene su primera parada en el tradicional encierro de mansos.
Fotos: Adrián Martín