Los Quintos se hacen oír a golpe de bombo
En Villoria y Cantalapiedra los Quintos ya se dejan sentir
Jóvenes de toda la comarca se disponen a disfrutar unos de los días más importantes y divertidos de sus vidas. En Villoria y Cantalapiedra los Quintos ya se están haciendo notar. En febrero llegará el turno de los quintos de Cantalpino y Villoruela en el primer y segundo fin de semana del mes, respectivamente.
Los siete cantalapetrenses nacidos en el 2000 se esfuerzan por hacerse oír por las calles a golpe de bombo, enfundados en ropa de estilo militar y armados con escobas. No ha faltado la visita a las escuelas para saludar a los futuros quintos. Siguiendo la tradición, el momento cumbre ha llegado esta tarde, cuando han corrido los gallos. Las noches de hoy y mañana estarán animadas por DJ Briyi y en el Salón Pósito.
Teresa, Rebeca, Miranda, Sofía, Paula, Andrés y Alba son los nombres de los Quintos cantalapetrenses, que no han dejado de cantar y bailar a lo largo y ancho de la villa desde que iniciaron la fiesta.
Un año más tienen los Quintos de Villoria, nacidos en 1999. Los trece jóvenes se han vestido con su ropa vaquera decorada con cintas de colores para disfrutar de una fiesta que ya comenzaron el pasado sábado con la tradicional subida al monte junto a los entrantes. Cada año los Quintos ponen a prueba su ingenio y deciden un apodo para los entrantes, procurando que sea lo más ridículo posible. El nombre se da a conocer en los carteles anunciadores de las actividades.
Álvaro, David, Alberto, Carlos, Alicia, Marcos, Guillermo, Marcos, Soraya, José Antonio, Marcos, Amanda y Lidia son los villorejos protagonistas del fin de semana. Los apodados como Rebuznachochos han recorrido durante el viernes el pueblo pidiendo dinero a los vecinos y han repartido unos caramelos a los niños en el colegio. Mañana será el gran día. Correrán las cintas y se las verán con "dos Miuras". La Discoteca Electrolatino será la encargada de hacer bailar por la noche en el Centro Cívico. Una vez finalizada la fiesta, entregarán el bombo y las llaves del caseto a los entrantes, los llamados Esquilarabos.