Reivindicando la Navidad. Felices Fiestas

Las Navidades tienen mala prensa para muchas personas, unas critican el sentido religioso de la NAVIDAD, el nacimiento de Jesús, aduciendo su mentalidad laica o directamente agnóstica. Otros critican el desenfreno consumista de estas fechas, los excesos en la comida o en los regalos. Los de más allá consideran un insulto la existencia de hambre en el mundo mientras en los países ricos se despliegan todo tipo de recursos publicitarios para animar al consumo, desde las luces de Navidad por nuestras calles, hasta los árboles encendidos, etc.

Los únicos que no suelen criticar la Navidad son los niños y no sólo por los regalos que suelen recibir en estas fechas, sino por el sentido mágico de la Navidad.

En efecto, frente a los detractores de esta antigua costumbre cristiana que celebra a Jesús nacido hombre, la Navidad es mucho más, nos identifica como personas solidarias, nos acerca a los demás y nos ayuda en un auténtico ejercicio de introspección a ser mejores y a reformar nuestra conducta.

La Navidad está en la emoción de los niños pero también en los recuerdos de nuestra propia infancia, en la mirada de los abuelos a sus nietos mientras observan extasiados el Belén o el árbol cargado de regalos envueltos en brillante papel.

En las voces alegres con que se contestan perfectos desconocidos Felices Navidades.

En el entusiasmo por reunir a la familia al completo para reir y disfrutar juntos una cena de Nochebuena o una comida de Navidad. Tambien en la soledad y tristeza de los que están solos o enfermos y en ese sentido de acercamiento y solidaridad con los demás que nos deparan estas fechas.

En la Navidad no todo es una mentira como muchas personas amargadas nos repiten año tras año. Las personas somos imperfectas, nuestros proyectos de vida o nuestros propósitos de mejora no siempre se cumplen, pero eso no invalida que la mayoría de las personas intenten ser mejores estos días.

La Navidad tiene su espíritu mágico nos llena de estímulos frente al futuro, nos hace sonreir o reir con nuestros allegados, familiares y amigos, nos recuerda cuando éramos mucho menos prosaicos, más inocentes e ingenuos pero mucho más felices. Por eso me sigue pareciendo maravillosa la Navidad, poner el Belén en casa, añadiendo nuevas figuritas de barro compradas en un mercadillo navideño, adornar la casa con guirnaldas, lazos y estrellas, mientras disfrutas pensando algún chiste para hacer reir a la familia en la noche de Nochebuena.

Por lo menos, una vez al año, me siento y me vuelvo un niño feliz que mira con arrobo las estrellas de ese ingenuo cielo encima del portal de Belén casero.

Felices Fiestas para todos y que pasen Unas Felices Navidades