El Parador dirá adiós por motivos de seguridad a toda la hiedra que recubre sus paredes 

Aquellos que hayan paseado en los últimos días por el entorno del Parador de Turismo de Ciudad Rodrigo puede que se hayan fijado en un 'cable' rojo situado en la parte inferior de las paredes del monumento, a escasos centímetros del suelo. La instalación de ese cable tenía como finalidad el servir de guía para la sujeción de una tela metálica que desde las últimas horas está cubriendo las paredes del edificio que todavía cuentan con hiedra.

Aunque se puede considerar que la hiedra tiene un carácter decorativo, y que crea un bonito e interesante efecto en los edificios, lo cierto es que se trata de un elemento natural que causa estragos, siendo fiel reflejo de ello aquellas paredes del Parador donde no se retiró la hiedra en la reforma que se hizo hace unos lustros del edificio.

Tal y como explicó en la tarde del martes a Ciudad Rodrigo Al Día el director del Parador, Fernando Tizón, a lo largo de los más de 80 años que lleva colocada la hiedra "se ha ido incrustando en las paredes", incluso hasta un metro o metro y medio, siendo perfectamente visibles los troncos en el exterior de varias de las paredes, como por ejemplo en las del parking interior. De este modo, hoy en día hay paredes en que "la piedra está sujeta por la hiedra".

La situación es tan preocupante que en el Parador empezaron a temer por la seguridad, ante el riesgo de que se produjesen desprendimientos de piedras (más aún en invierno con las heladas), lo que se unía a los otros problemas que ya venía generando la hiedra, como son la presencia de pequeños animales, humedades o la suciedad.

Ante todo ello, desde el Parador mirobrigense se comunicó la situación a órganos superiores, decidiendo Patrimonio del Estado tomar medidas, comenzando con la colocación de la mencionada tela metálica para evitar que puedan caer piedras en posibles desprendimientos. Asimismo, esta tela servirá para contener en cierta medida el crecimiento de la hiedra, al menos en volumen.

Fernando Tizón apunta que evidentemente el efecto visual que provoca esta tela metálica no es el más deseado, pero que no había más remedio que adoptar una medida de este tipo ante la situación que se había ido creando. En todo caso, el director del Parador explica que las hojas de la hiedra seguirán creciendo, de tal modo que irán ocultando la propia tela metálica que se está instalando durante estos días (se está aprovechando además para podar parte de la hiedra, rebajando el volumen en algunos puntos).

La colocación de la tela metálica es una medida provisional, ya que como anuncia Fernando Tizón, Patrimonio del Estado tiene previsto proceder ?en principio, durante el año 2018- a la retirada de toda la hiedra que queda en las paredes del Parador. El problema es que está retirada no será nada sencilla. Como decíamos más arriba, la hiedra está incrustada en las paredes, con lo cual será necesaria una importante intervención para ir asegurando todas las piedras de las paredes entre las que ha ido haciéndose hueco la hiedra.

Al menos, cuando la obra concluya, "quedará todo limpio". En ese momento, Fernando Tizón confía en se pueda llevar a cabo una intervención adicional, para recuperar parte de la muralla medieval original que conecta el Parador con la Batería.