Los hosteleros nocturnos dicen “basta” a la “persecución” que sufren con la Ley del Ruido

Un buen número de hosteleros nocturnos se dieron cita en la tarde del lunes en el Parador de Turismo en un nuevo encuentro comercial de la Federación de Empresarios y Trabajadores Autónomos de la comarca de Ciudad Rodrigo (Afecir). En esta ocasión, la sesión estuvo centrada en los perniciosos efectos de la Ley del Ruido en la ciudad, con la presencia como invitados del presidente de la Asociación de Hostelería de Salamanca, Alain Saldaña, y del concejal de Festejos del Ayuntamiento, Cristian González.

En líneas generales, los hosteleros mostraron su absoluto hartazgo por la mencionada Ley del Ruido, considerando que están siendo víctimas de una "persecución policial y política" al aplicarse la Ley como no se está haciendo en ningún otro punto de Castilla y León.

Según relataron los hosteleros en la reunión (le fueron explicando la situación a Alain Saldaña), en su día "nos vendieron que era una normativa de la Junta que se iba a aplicar en todos los sitios", pero a la hora de la verdad no es así, y mientras que en lugares como en Béjar se da una placa al dueño de un local por hacer conciertos, aquí están perseguidos.

En el centro de toda la situación están los famosos limitadores, unos aparatos para medir los decibelios que los hosteleros tuvieron que poner sí o sí principalmente hace un par de años: "se nos amenazó que, o se ponía el limitador, o se nos clausuraban los equipos de sonido". Uno de los hosteleros llevó la factura que supuso la instalación del aparato en su local, que ascendió a más de 2.400? (incluyendo el limitador en sí, el display con transmisión, y la instalación y calibración del aparato).

Los hosteleros apuntaron literalmente en la reunión que "con el limitador no se vive", por la "angustia" que supone estar pendientes de si rebasan el límite máximo de ruido que la normativa dice que pueden emitir, que es 90 decibelios, que se superan según indicaron con muchísima facilidad (incluso con alguien que se ponga a tocar las palmas), lo que hace que ya hayan sido sancionados varios de ellos (los limitadores están conectados a la Policía Local).

En torno al límite, por cierto, en una reunión con el Ayuntamiento se habló de que se aumentaba el límite a 95 decibelios, pero a la hora de la verdad esto no se está cumpliendo y se han puesto sanciones por alcanzar los 91 o 93 decibelios. En sus propias palabras, "el aparato nos está haciendo cada vez más daño; nos hemos cansado ya y vamos a decir basta", anunciando una lucha con todas sus fuerzas contra el Ayuntamiento, desde donde vienen escuchando ?principalmente desde la parte técnica- que todas las limitaciones que sufren las marcan la Ley del Ruido.

La Ley no se aplica en otros lugares

Aunque eso es cierto, este grupo de hosteleros nocturnos no comprende que en otros municipios la Ley no se esté aplicando ("nadie lo aplica por coherencia" salvo en Ciudad Rodrigo, "donde se aplica de una forma tan drástica que es imposible de cumplir"). Asimismo, tampoco entienden que no se preste atención a las otras cuestiones que marca esa Ley.

En este sentido, el presidente de los hosteleros recordó que la Ley del Ruido también dice que las aulas educativas deben estar insonorizadas, o que también deberían contar con limitador los grandes supermercados al tener hilo musical. En palabras de los hosteleros, "o se cumple todo o no se cumple nada", apuntando alguno que "hay que pelear porque se quite".

Lo que plantean, por un lado, es liberarse del yugo que suponen los limitadores, considerando que sólo deberían exigirse a aquellos hosteleros que sean víctimas de una denuncia por ruido, y que efectivamente se compruebe que las mediciones de decibelios superan el límite, porque hasta ahora "parece que con que se queje un vecino ya vale, sin que presente denuncia".

En la reunión de la tarde del lunes, se insistió en que "hay que solucionarlo ya", planteando como urgente ?incluso antes de fin de año- una reunión en el Ayuntamiento con políticos, la parte técnica y un abogado que les asesore sobre las posibilidades. Algunos hosteleros están dispuestos a acudir a los Juzgados, recordando por ejemplo lo que ha pasado con el crematorio del Camino del Cementerio, donde los técnicos del Ayuntamiento tenían un punto de vista que la justicia ha dicho que no es el correcto.

Los hosteleros están dispuestos incluso a presionar con medidas de impacto social, como por ejemplo un cierre colectivo en Nochevieja (donde también tendrán que tener encendidos los limitadores), mostrándose varios de ellos partidarios de esta idea en la reunión de la tarde del lunes. Uno de sus objetivos es que "el Ayuntamiento vea que no tenemos miedo; o nos hacemos notar o no nos hacen caso".

Como se señaló desde la Asociación, "lo que queremos es que nos dejen trabajar", resaltando que "queremos que la opinión pública sepa que nosotros tampoco queremos ruidos en la calle, solo trabajar". En este sentido, desde la Asociación de Hostelería han elaborado unos carteles para que sean colocados en los establecimientos y que los clientes se conciencien de la necesidad de respetar a los vecinos que duermen. Los hosteleros pueden ir a recoger a la sede de Afecir estos carteles ?que tienen la leyenda "disfruta la noche sin molestar"-.