Decenas de personas vivieron el proceso de la matanza desde el chamuscado al despiece de las carnes, que después fueron subastadas o vendidas
Pequeños y mayores, del pueblo y llegados de otros lugares, se dieron cita este viernes en La Zarza de Pumareda para vivir su segunda Matanza Tradicional, evento que congregó a un buen número de personas que no quisieron perderse uno de los actos más populares de la Salamanca rural y que, por unas casusas u otras, poco a poco va desapareciendo de los pueblos.
Por ese motivo, lo que antes era habitual se ha convertido en extraordinario, capaz de llamar a propios y extraños que quieren ser partícipes de la fiesta, tanto ha sido así en La Zarza de Pumareda que en esta edición 2017 de la matanza han pasado de uno a dos cochinos de unos 160 kilos cada uno.
La jornada comenzaba con el sacrificio de los marranos, para posteriormente pasar al chamuscado en las pistas deportivas junto al edificio del Ayuntamiento. Allí aguardaban las mujeres sentadas junto a herradas con agua hirviendo dispuestas a pelar patas, orejas y rabos, mientras otras freían los torreznos de las patatas meneas que harían de comida para el personal junto a unas chichas de cerdo bien adobadas con orégano, pimentón, sal, ajo y aceite de oliva, como el chorizo casero, "sin colorantes ni conservantes", como recordaba alguien del público.
Finalizado el chamuscado los hombres procedían a la limpieza del cuero con tapas de pucheros y cuchillos, así hasta que pareciera el blanco de la piel, señal para comenzar con el despiece. La cabeza, el manto con el espinazo, costillas, lomos y solomillos irían a la cuerda, mientras que las tripas se vertían en artesas para su vaciado, pues su final será 'embusar' la carne para chorizos y longanizas.
Y así hasta que los jamones y paletas hicieron desaparecer el cerdo, piezas que pasarían a su subasta o venta entre los vecinos, para de esta manera financiar el evento junto con el ticket de la comida.
Para el alcalde del municipio, Javier Recio, la celebración este viernes de la Matanza Tradicional "era un buen momento y un buen reclamo para que la gente que ha venido de fuera viniera a La Zarza de Pumareda, y así está siendo, hay mucha gente de fuera que está disfrutando de la matanza".
Sobre la continuidad de esta actividad, Recio se mostraba convencido de que "tiene que continuar. El año pasado fue un cerdo, este año son dos y si la cosa va bien pues seguiremos creciendo, dependiendo de la demanda que haya de gente". También, el regidor explicaba que "esta actividad se autofinancia más que nada porque lo que se recauda de la venta de las rosquillas y las patatas 'meneas' al final es para pagar el cerdo, también con la venta de las partes del cerdo, con todo al final pagas el cerdo y si queda algo será para bien del pueblo, algún acto cultural, que siempre nos viene bien".