Educación o burocracia

En los institutos, los niños entran con 12 años, midiendo poco más de un metro. Ellos se creen mayores pero nosotros sabemos que son muy niños, y salen con el carnet de conducir, o sea, legalmente adultos, aunque nosotros sepamos que aún son niños.

Y después del instituto, unos irán a la universidad para ser nuestros futuros médicos, arquitectos, abogados,? y otros se irán al mundo profesional y serán nuestros futuros albañiles, fontaneros, conductores de autobuses y taxis, auxiliares de enfermería?.

Nuestro futuro, el de usted y el mío, estará en esas manos.

Ahora no nos preocupa porque usted y yo tenemos una edad media, un trabajo que nos permite llegar a fin de mes e incluso darnos algún que otro capricho? pero ¿y el día que no podamos apañarnos por nosotros mismos? ¿quién nos cuidará?¿cómo estarán construidas las residencias en las que viviremos? ¿qué catadura moral tendrán los médicos que nos atiendan, los policías que nos protejan, los políticos que nos suban o bajen la pensión, ??

El colectivo de educación tiene en sus manos nuestro futuro. Todo nuestro futuro. Por su mano están pasando todas y cada una de las personas con las que tendremos que lidiar día a día, desde ya en adelante.

Pero ¿qué se hace en los institutos en 2017? Se cumple la ley. A rajatabla. Si no está en la ley, entonces "no se puede hacer nada", y si está en la ley se aplica, tanto para lo bueno, la adquisición de conocimientos, como para lo malo, para castigar las conductas no permitidas. Pero no se educa, no se enseña a razonar, sino que se inculcan conocimientos y se enseña a acatar órdenes. Nuestros adolescentes no son máquinas programables, son personas. Y además son personas en crecimiento, en maduración, con múltiples y diversas circunstancias, cada uno con las suyas. No sirve el para todos café, porque con eso lo que estamos produciendo es consumidores robotizados: te levantas, vas a trabajar, consumes comida, consumes ropa, consumes ocio? Esta educación enfocada únicamente a la obsesión por tener, por conseguir, por consumir, va a acabar con el mundo tal y como lo conocemos, porque el planeta se muere. Se muere la sociedad entera, idiotizada, precarizada y cada vez más insolidaria. Se muere la tierra: la pertinaz sequía no es casualidad, es producto del cambio climático por el efecto invernadero del exceso de CO₂ proveniente sobre todo de coches y calefacciones. Se mueren los océanos: los microplásticos, residuos de las bolsas y botellas y demás achiperres de usar y tirar de los últimos cien años, son ya tantos, que están empezando a entrar en la cadena alimenticia.

Y ¿qué podemos hacer? Usted y yo podemos hacer poco, poner un granito de arena. Pero si usted se dedica a la educación, puede poner muchos granitos de arena, uno en cada chaval o chavala que pase por sus manos.

La profesión de educador es la profesión más importante del mundo. Señores y señoras de la educación: tienen ustedes el futuro en sus manos. Por favor, no se limiten a hacer trabajo de burocracia, no se limiten a leer la ley y a cumplirla y hacerla cumplir a pies juntillas. Por favor: eduquen. Nos jugamos mucho, nos jugamos nuestro futuro.