“A los dos años de abandonar el alcohol es cuando se empieza a vivir”

Hoy se celebra el Día Mundial sin Alcohol, una jornada que la Asociación de Alcohólicos Rehabilitados de Salamanca, ARSA, dedica a informar y concienciar. Antonio Cruz, presidente de ARSA, anima a las personas con esta adicción a acudir a la asociación para poner fin a un problema que, cada vez más, afecta a jóvenes y mujeres.

El primer paso de un enfermo es reconocer su problema y querer solucionarlo.

Así es. Nosotros en la asociación ofrecemos tratamientos, terapias, talleres y las herramientas necesarias para que la persona abandone esta lacra.

Del alcohol se sale.

Totalmente. Un 80% de los enfermos que acuden a la asociación dejan el alcohol, es una cifra alta, es el mejor ejemplo de que con ayuda se puede conseguir.

¿Cuál es la edad de las personas que recurren a la ayuda de la asociación?

La media está entre 35 y 40 años, aunque ahora están aumentando los casos entre jóvenes. Ha bajado la edad, porque antes los alcohólicos rondaban los 50 años y es un problema grave, porque hay más información que nunca sobre las consecuencias del alcohol. Por eso salimos a la calle hoy, para informar, que sepan que pueden acudir a la asociación y les podemos ayudar.

Y también más mujeres y jóvenes.

Así es. Si antes eran un 20%, ahora alcanza el 50%, similar a los hombres que acuden a la asociación. En cuanto a los adolescentes, nuestra asociación no trabaja con menores, los derivamos a Cáritas o Cruz Roja, pero hay niños que con 14 años ya tienen problemas con su adicción al alcohol.

¿Cuánto tiempo le puede costar a una persona deshabituarse del alcohol?

Es un proceso largo, aunque desde el primer día que dejas de beber se producen cambios positivos en el cuerpo. Al cabo de dos años es cuando se empieza a vivir.

¿Qué número de socios tiene la asociación?

Ahora somos unos 140-150, que acudimos habitualmente a la asociación. En conjunto, con las personas que lo hacen esporádicamente, unos 860. No deben dejar de acudir aunque uno esté rehabilitado, hay que volver porque es bueno recordar de dónde se ha salido y que hay que seguir. Los que estamos allí somos un aliciente y motivación, se puede salir y se vive. Allá donde nos llaman, vamos a contar nuestra experiencia, a hablar desde el corazón.

'Un alcohólico está curado siempre y cuando no vuelva a beber'.