El Júbilo de Teresa

El próximo domingo, día 15, celebraremos la fiesta de Santa Teresa de Jesús, patrona de nuestra diócesis de Salamanca, junto con San Juan de Sahagún. Teresa es reconocida y celebrada, incluso con presencia de imágenes de la Santa, en la mayor parte de los pueblos de la provincia.

Hace un par de años, el 2015, celebrábamos el quinto centenario del nacimiento de la mística doctora, la primera mujer declarada como tal por el Papa Pablo VI, junto con Santa Catalina de Siena, en 1970.

Con ocasión de dicho centenario, el Papa concedió las gracias de un gran Jubileo, que se podía ganar en los lugares teresianos de Ávila y de Alba de Tormes. Ello trajo consigo, también, la celebración de la correspondiente sesión de las Edades del Hombre, con sede en estas dos ciudades.

Recientemente, la diócesis de Ávila solicitó la concesión de un Jubileo teresiano cada vez que la fiesta, que tiene lugar el 15 de octubre, coincida con un domingo, como es el caso de este año. Y el Papa tuvo a bien concedérselo, teniendo como referencia para ganar el jubileo la iglesia de los padres carmelitas de Ávila, lugar de nacimiento de la Santa.

La diócesis de Salamanca siguió los mismos pasos de solicitud de un jubileo, en las mismas condiciones que el concedido a la ciudad de Ávila, para la villa de Alba de Tormes, lugar que custodia el cuerpo incorrupto de la Santa Madre. El Papa lo ha concedido para este año, pero no para los posteriores.

El jubileo anterior, adornado por la edición especial de las Edades del Hombre, ayudó mucho, incluso turística y económicamente, a crecer y mejorar los ámbitos y el ambiente de ambos lugares teresianos. No es de esperar que este año, privado de la sesión de las Edades, pueda suponer una gran movilización turística, y quizá ni siquiera religiosa. Incluso posiblemente por la proximidad de ambas celebraciones jubilares, la de dos mil quince y la de dos mil diecisiete-diez y ocho.

Pero el Jubileo religioso teresiano sí merece la pena ser promovido como ocasión de renovación y conversión religiosa, dando oportunidad de ganar las gracias espirituales correspondientes. Como objetivación concreta, se tendrá ocasión de ganar indulgencia plenaria con las condiciones acostumbradas: realizar algún acto teresiano en la iglesia del sepulcro, hacer alguna obra de caridad, con confesión y comunión, y una oración por el Papa.

Como se ve, se trata más que nada de una oportunidad espiritual para los que gozan de la condición de creyentes y religiosos. La iglesia de las Madres Carmelitas de Alba de Tormes va a dar facilidad para ganar las gracias jubilares. Ofrecerá confesión y acogida espiritual cada día a las doce de la mañana. Y también celebrará la Eucaristía del peregrino a las trece horas.

El Jubileo será abierto el próximo domingo, fiesta de la Santa Doctora, a las doce de la mañana, con una Eucaristía y rito de apertura de la puerta santa, por manos de nuestro obispo Don Carlos López Hernández. Los organizadores nos han invitado a todos los sacerdotes, religiosos y seglares a asistir a ese acontecimiento extraordinario, que será el pistoletazo de salida para la marcha del Jubileo a lo largo de todo el año.

La Santa Madre Teresa, y la presencia de su cuerpo y sepulcro en Alba de Tormes, son una gran riqueza y oportunidad espiritual permanente para nuestra diócesis de Salamanca. Y no hace falta esperar a la celebración de uno u otro jubileo para poder empaparse de la espiritualidad teresiana y del ejemplo y estímulo de la carmelita fundadora. Su sepulcro siempre está presente, y sus escritos los tenemos a mano a cualquier hora, pudiendo acudir con facilidad en cualquier momento a sus riquezas espirituales y humanas inconmensurables.

De hecho, multitud de peregrinos cristianos, de diversas confesiones, y otros de religiones orientales, y aun gentes sin religión, encuentran en esta mujer referencias de riqueza espiritual para cualquier persona humana.

Comienza el Jubileo. Lo aprovechará sin duda una multitud de personas de diversas procedencias y de cualquier país extranjero. Ojalá lo aprovechemos también los que tenemos tan cerca esta fuente de gracia.