Como decíamos ayer, la plasticidad motriz padece una merma por el uso incorrecto de las nuevas tecnologías. El mundo eidético de la mujer y el hombre se encuentra sobreexcitado y se producen choques constantes entre una realidad imaginaria y una tangible. El dinamismo natural del conjunto de los órganos y potencias como memoria, voluntad y entendimiento presenta sobresaltos y exabruptos, carece de un movimiento armonioso. «Progresivamente ?escribíamos en la columna? gana terreno un modo de operar efímero [...] [l]a oralidad se ve mermada por un día a día en la realidad virtual, volcado en un espacio donde se prescinde de la materia fónica de la comunicación.»
En términos generales, el conjunto del planteamiento encamina nuestra representación del problema hacia una figura lineal sin un fin claro. Diariamente, se producen millones de gigabytes de información. La actividad en la red involucra a cerca del 40% de la población mundial (Internet Live Stats). Entre los jóvenes, según la Unión Internacional de Telecomunicaciones (ITU por sus siglas en inglés), el 70% está en línea. La literacidad digital se encuadra en un conjunto de saberes informacionales influenciados por el uso de sistemas digitales; la creación y manipulación de contenido digital; la comunicación, socialización y colaboración; y el manejo de información. En su vertiente informacional, tiene relación estrecha con las competencias en búsqueda efectiva de contenido digital, posicionamiento crítico frente a la información, y procesamiento y difusión pertinente en medios digitales y analógicos.1 Una visión de conjunto implica, por lo tanto, una ciudadanía digital. La sociedad necesita una pedagogía para encaminar el rumbo del proceso de vida digital no hacia un horizonte incierto, sino hacia una vuelta al punto de partida, para nutrirlo, enriquecerlo y llevarlo a su plenitud: el ser humano.
La tecnología informática no solo constituye un instrumento para intervenir en una realidad previamente establecida, sino que la tecnología es una realidad de la que surgen creaciones nuevas de sucesivos usos y costumbres no vistos antes. El átomo convive con el bit en un maridaje atestiguado por nuestra generación.
[...] la cultura letrada en el ámbito electrónico implica un ciclo que tiene su propia génesis, y que exige de sus usuarios poner entre paréntesis sus conocimientos fenoménicos de la cultura escrita para poder introducirse en profundidad dentro del proceso de innovación cognitiva y epistemológica del universo electrónico.2
Por lo tanto, en la misión de integrar un sistema eficiente donde colaboren alfabetización, literacidad digital y oralidad se ponen de relieve al menos tres campos de labor, los aquí enumerados. En este orden de pensamiento, hago constar mi gratitud al Dr. Gustavo Leal Fernández, de la Universidad Autónoma Metropolitana-Xochimilco, por su interés puesto de manifiesto en correspondencia electrónica. Un aspecto destacado consistió en el aplanamiento de la oralidad con base en un uso no ecológico de las redes sociales. Tales plataformas deberían emplearse en la promoción y difusión de conversatorios, abiertos al encuentro personal para el diálogo coordinado.
Al menos, yo conozco dos propuestas llevadas adelante con voluntad y ahínco: el proyecto de José Antonio Flores Fulladosa y su equipo de trabajo en Flavia (galería y café) (Xalapa, Veracruz, México), y los Debates públicos Dejarse hablar en la Casa de las Conchas (Salamanca, España), coordinados por el Presidente de la Asociación de Amigos de la Biblioteca de la Casa de las Conchas, Javier de Pedro. Otro recurso, con sesgos académicos y artísticos, sería el fortalecimiento de concursos de oratoria y declamación en espacios educativos y académicos, con una instrucción previa de los estudiantes contemplada como dispositivo pedagógico-humanístico de valor inapreciable dentro de los programas institucionales.
Como salta a la vista, quienes trabajamos en el sector educativo y la sociedad en general afrontamos una tarea trascendente para el futuro de la humanidad y el planeta Tierra. La concienciación en los campos de alfabetización, literacidad digital y oralidad repercute en la construcción de una sociedad más sensible y humana. En la siguiente entrega de nuestra columna, presentaré un estado de la cuestión para el caso de China.
*
En otro orden de cosas, pero sin dejar de atender el cuidado de la casa común ?como nombra el Santo Padre Francisco al mundo en su Carta encíclica Laudatio si'?, es de todos sabido el tiempo de catástrofes naturales por el que lamentablemente atraviesa México. Como muestra de solidaridad y con un profundo respeto por el carácter sensible de los sucesos, le dedico a mi país un poema.
EME DE MÉXICO CON TE, EME Y PE
DE TRAGEDIA EN EL MES PATRIO
Ni hao4, la palabra del corazón
no sonará más en tus labios rojos
a mi oído. Otro tiempo llegará
con el invierno y sus últimas hojas
secas. Detrás de la esquina del viento,
despertarás o permanecerás
en el sueño sin noche de la piedra.
23 de septiembre de 2017,
Suzhou, China.
SOOCHOW UNIVERSITY
Juan Ángel Torres Rechy
1Véase Ramírez Martinell, A. y Casillas, M. A. (Coords.) (2017). Saberes digitales de los docentes de educación básica. Una propuesta para la discusión desde Veracruz. Xalapa: Secretaría de Educación de Veracruz, págs. 7-30. En línea: https://www.uv.mx/personal/albramirez/files/2015/06/Saberes-Digitales-SEV-libro-final.pdf . Fecha de consulta: 23 de septiembre de 2017.
2Rodríguez Velazco, J. (2012). «Manuscrito electrónico, alfabetización electrónica». Crítica genética y edición de manuscritos hispánicos contemporáneos. Aportaciones a una «poética de transición entre estados». Bénedicte Vauthier y Jimena Gamba Corradine (Eds.). Salamanca: Ediciones Universidad de Salamanca, Estudios Filológicos, 333, 2012.
3Véase mi columna del 15 de julio.
4En China, ni hao es un saludo cotidiano.
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