Nuevo desembarco charro en Pollensa

Existe un grupo de charros que ha dejado atrás estos días la lluvia y el fresco existente en la capital del Tormes. Una amplia representación salmantina ha vuelto a hacer la maleta un año y ha cruzado el mediterráneo para embarcarse en un Campus Rudy Fernández que con esta edición ya supera la década de existencia

Entrenadores y otro profesionales dedicados al baloncesto, entre los que se incluye este fotógrafo charro que vuelve a iniciar aquí otro relato baloncestístico, como continuación al que dejó aparcado en Carbajosa hace menos de una semana. Esta vez el reto es mayor y el calor no dará tregua, pero eso sólo lo hace más motivante. Algunos repiten, otros vivirán por primera vez esta magnífica experiencia, haciendo caso al lema del Campus "vívelo, que no te lo cuenten".

Este primer relato abarca dos jornadas. La del jueves, dedicada a los vuelos y traslados a la localidad balear de Pollensa, donde se produjeron encuentros y reencuentros y se dedicó la tarde al montaje de las instalaciones.

Y la que todo el mundo esperaba con impaciencia, la del viernes, la del comienzo. Mañana para últimos preparativos y tarde para recibir a los campistas, los que dan vida al Campus. Instalado cada uno en sus habitaciones y ataviados con la equitación oficial, Marta Fernández y Rudy, que este año sí que podrá vivir todo su campus, dieron la bienvenida oficial a todos los presentes.

Y para comenzar, una sorpresa. Willy Hernangómez, jugador de los New York Nycks, visitó el Campus. Fotos con todos los equipos, respuesta a las preguntas de lo más curiosos y un mano a mano con Rudy como colofón a una intensa tarde para poner el listón alto desde el primer día. La cena y la actividad nocturna terminarían de rematar una primera jornada que, como cada comienzo, ha estado cargada de ilusión.

Fotos de Alex López