La maldición de los vicepresidentes de la Junta

Como no podía ser de otra manera, la corrupción marcó el debate sobre el estado de la Comunidad celebrado este miércoles en las Cortes, durante el cual tanto el socialista Luis Tudanca como el portavoz de Podemos, Pablo Fernández, volvieron a reclamar la dimisión del presidente de la Junta, Juan Vicente Herrera, al que consideran máximo responsable político de los dos casos investigados judicialmente referentes a actuaciones perpetradas por la consejería de Economía durante la etapa (2003-2015) en la que fue titular de la misma Tomás Villanueva.

Durante parte de dicho periodo Villanueva ostentó además el rango de vicepresidente, circunstancia aprovechada por Tudanca para referirse a esa especie de maldición que ha acompañado a distintos vicepresidentes de la Juntadurante los 30 años que lleva el PP gobernando la comunidad. El portavoz socialista relacionó en concreto a 4 antiguos vicepresidentes -Villanueva sería el quinto- que se han visto envueltos en procedimientos judiciales.

El primero fue el consejero de Economía del gobierno de José María Aznar, Miguel Pérez Villar, condenado por prevaricación por el "caso de la minería". El segundo mencionado por Tudanca fue Jesús Merino, vicepresidente y consejero de Fomento, cuyos problemas de la Justicia -caso Gürtel- son sin embargo posteriores a su etapa en la Junta, finalizada en 1999. El tercero es José Manuel Fernández Santiago, ex consejero de Sanidad, Medio Ambiente y Fomento, procesado en una pieza separada del caso Gürtel, la famosa variante de Olleros de Alba, de la que salió absuelto al estimar el Tribunal Superior de Justicia la prescripción del delito de cohecho. La relación enunciada por Tudanca incluía a María Jesús Ruíz, máxima promotora de la Ciudad del Medio Ambiente de Soria, tumbada por sentencia del Tribunal Constitucional.

Aunque no se trató de un caso de corrupción, la maldición de los vicepresidentes continuó con Rosa Valdeón, quien en septiembre de 2016 dimitió de sus cargos en la Junta tras el fatídico control de alcoholemia que derivó en un delito contra la seguridad vial. Que Tudanca no incluyera a Valdeón en dicha relación no le libró de que Herrera sacara a colación durante el debate el positivo en alcoholemia que en 2008 le costó al entonces diputado socialista una multa de 450 euros y la retirada de cuatro puntos del carnet como autor de una infracción administrativa.