Sólo piedras

Apenas unas cuantas piedras, despreciadas al borde de caminos y lindes, nos dan testimonio de un pasado lejano.

Si hablaran "entre sollozos" nos contarían que formaban parte de una de las cinco ermitas que la fe llevó a construir en Babilafuente. Estas piedras pertenecían a la Ermita llamada de Santiago, localizada en la parte N.O. del pueblo y a una distancia de casi tres km del pueblo. Debió de tener importancia, tal, que se llegó a celebrar romería el día de Santiago. Su lejanía del pueblo, posibilitó al ermitaño tener su casa junto a ella, también sus fincas y la dote de la Ermita en tierras y viñas. Se desconoce cuándo cesó el culto y su abandono definitivo.

Por fortuna la toponimia nos permite recordar su nombre. Su ubicación estaría en la actualidad en el término de Valdesantiago.

De las otras cuatro Ermitas mencionadas pocos son, también, los datos que se tienen. Próxima a la de Santiago, y en el mismo monte, entre fuentes, se situaba la de San Cristóbal. De esta se sabe que se demolió en 1709 por orden del Sr. Obispo Dº Francisco Calderón de la Barca, se supone que ya sin culto, ya que era según sus palabras "refugio de la malicia de pastores y por recoger en ella los ganados".

De la Ermita de la Encarnación, se sabe que estaba localizada más próxima al pueblo, entre el camino de Encinas y la Aceña. De su antigüedad no se duda ya que en 1679 se tienen noticias de su reparación. Se empleó para dicha reparación, un carro de cal, tejas, piedra para socalzar una pared y además frente a ella se colocó una cruz de madera con su peana que costó catorce reales. Se realizaron más arreglos en los años siguientes. En 1686 se levanta una pared de ladrillo y se enladrilla el coro. En 1731, el día 9 de mayo, el visitador del Obispo Dº José Sancho Granado, escribe que la Ermita de la Encarnación está indecente por mantenerse con una viga con dos postes. Posiblemente fuera este año el final de su existencia.

Por la situación de las demás Ermitas, en los distintos puntos cardinales del pueblo, se puede pensar que la Ermita de la Asunción podría localizarse en el Camino de Moriñigo. De esta también se sabe que estaba ya en reparación en 1677. En 1681 se vuelve a reparar, ahora su tejado con un coste de 213 reales. En 1701, el Obispo Calderón de la Barca, mandó "que se enladrillara la Ermita, junto al altar y se blanqueen las paredes". En 1709 se cae su tejado y con este dato conocemos, a la vez, que estaba constituido por cuatro vigas de 18 pies. En 1731 y en la misma visita que la anterior, se señala la necesidad de repararse.

De esta Ermita, se sabe, que tenía cinco tierras en su haber de cuatro huebras y media y que poseía lo necesario para el culto. Metales preciosos, ropas de calidad, imagen con corona y manto de plata,? Su fundador, D. Alonso Martín Ruano, del que tenemos datos de su condición, en 1696, a buen seguro contaba con recursos para cuidar los detalles de la Virgen.

La quinta ermita llamada de San Andrés, estaba situada en la zona conocida como la Robliza, hoy Camino de San Andrés. A pesar de que no distaba demasiado del pueblo, tenía casa para el ermitaño con una tierra y viña.

Posesión de la Ermita eran tres tierras que hacían un total de tres huebras y media, y tres viñas con tres huebras de extensión.

Esta Ermita se arruinó en 1778, trasladándose su imagen a la parroquia y perdiéndose después.

Capítulo aparte y laborioso sería poder escribir sobre el destino de las posesiones y riquezas de las Ermitas. Han transcurrido tiempos difíciles a través de la historia. Los distintos acontecimientos históricos, guerras, desamortizaciones y otros conflictos posiblemente nos darían la respuesta.

Para que siempre mantengamos la identidad de Babilafuente, pasen los siglos que pasen, y las piedras sonrían, escribamos su Historia con Mayúsculas.

Feli Blanco