Letras Corsarias, dos años de librería

Las letras amarillas del cartel de la librería Cervantes siguen en la pared, recordándonos el paso de un tiempo que ha hecho florecer los árboles y las librerías en esta Salamanca nuestra que lee y que celebra en un sábado de primavera y de plaza llena. La cristalera a la calle de Letras Corsarias deja ver niños y grandes disfrutando de una tarde noche cálida mientras en el interior, un silencio reverencial acompaña al Dúo Morse en la que es la última actividad de la celebración de los dos años de una librería indispensable.

Negruras no es un espectáculo fácil, los textos, dolorosos, de la novela negra se cruzan y entrecruzan a través del poeta y actor Víctor M. Díaz, dueño de una voz que sobrecoge al auditorio mientras Chefa Alonso toca sus instrumentos mágicos creando una atmósfera perturbadora. Intérprete, pedagoga, compositora, Alonso es una autoridad en la música improvisada y cada uno de sus gestos despierta la sorpresa de un auditorio fascinado con la voz del poeta, convertido en un detective que cambia la pistola por un bolígrafo o que se trasmuta en un mexicano de ecos mortales en los textos de Jim Thompson, Agatha Christie, Jean-Claude Izzo, Henning Mankell, Manuel Vázquez Montalbán, Roberto Bolaño, Miguel Suárez, Franz Kafka, Kerouac o Charles Bukowski.

Con este espectáculo diferente, la nave corsaria celebra dos años de libros, encuentros, presentaciones, recitales, teatro y música en lo que ya se ha convertido en un espacio de referencia en la Salamanca que lee, la Salamanca que necesita y tiene librerías, la Salamanca al encuentro de todo tipo de manifestaciones literarias y artísticas donde unos pocos corsarios reconocen como su casa esta nave que, a toda vela y acompañada de sus hermanas en la pólvora ?la librería Improvisados, en Segovia y la Puerta de Tanhäuser en Plasencia- ha conseguido un Premio Nacional de Fomento de la Lectura y, sobre todo, se ha consolidado como lugar de encuentro. Rafael Arias, Miguel, Antonio y Mercedes no solo son una referencia en una ciudad de páginas, sino un referente de cercanía siempre prestos a potenciar las propuestas más novedosas e incluso las más minoritarias. Por ello solo queda felicitarnos y disfrutar, en medio de este silencio roto por la espléndida voz de Víctor M. Díaz, de un regalo envenenado, porque la novela negra siempre nos abre un hueco en lo más hondo, revelando inconfesables secretos, incluso, en una tarde tan aparentemente armónica y provinciana. Felicidades, corsarios. Felicidades, tripulación entregada.

Charo Alonso

Fotografías: Fernando Sánchez Gómez