Salamanca acoge el primer curso de formación en rescate del patrimonio cultural

Salamanca acogerá, entre los próximos días 22 y 24 de marzo, el I Curso de Intervención en Patrimonio Cultural en Situaciones de Emergencia que organizan los Ministerios del Interior (Dirección General de Protección Civil y Emergencias) y de Educación, Cultura y Deportes (Instituto de Patrimonio Cultural de España) y la Junta de Castilla y León, y con la colaboración de otras instituciones como el Ayuntamiento de Salamanca. Este curso, presentado este martes en la Subdelegación del Gobierno, forma parte del Plan Nacional de Emergencias y Gestión en Riesgos en Patrimonio Cultural, y está dirigido a personal de la Unidad Militar de Emergencias, de los cuerpos de Bomberos, Guardia Civil y Protección Civil. Coincidiendo con el curso tendrá lugar la I Jornada Técnica sobre intervención en patrimonio cultural en situaciones de emergencia, con la presencia de expertos y profesionales de las diferentes instituciones implicadas. Jornada a celebrar en el Auditorio de San Blas, y con 230 plazas.

El programa formativo se ha elaborado para que resulte de utilidad a los distintos agentes implicados en situaciones que van desde grandes catástrofes a las incidencias en importantes centros urbanos, pasando por pequeños enclaves de interés patrimonial. Además del bloque teórico se llevarán a cabo varias intervenciones prácticas en 3 escenarios de Salamanca: Auditorio de San Blas, ruinas de la antigua basílica de San Francisco El Grande en el convento de los Capuchinos y el Centro Documental de la Memoria Histórica.

Así, durante la jornada del jueves 23 se acometerá la estabilización de estructuras históricas, como la españada del Auditorio de San Blas o las ruinas del antiguo convento de San Francisco el Grande. Por su parte, el viernes 24, en la sede del antiguo Colegio de San Ambrosio, sede del Centro Documental de la Memoria Histórica, se realizará un simulacro de inundación y rescate de evacuación de bienes culturales.

El objetivo de este curso es concienciar a los participantes de la importancia, para la conservación del patrimonio cultural, de conocer los riesgos tanto naturales como antrópicos que pueden afectar, dañar e incluso destruir los bienes culturales.