“Nuestros vinos llevan el sabor y el aroma de Villarino y eso los hace un poco diferentes”

José Luis Flores es uno de esos apasionados del vino que tras conocer los bancales de las Arribes no pudo desprenderse de ellos. Su llegada a estas tierras no fue casualidad si pensamos en que el destino no está escrito y que, como dijo el poeta, se hace camino al andar. Y así fue como a este bodeguero, llegado de las tierras del norte, se le presentó la oportunidad de hacerse con la que fue durante casi medio siglo fue la Cooperativa del Campo San Roque, en Villarino de los Aires, rebautizada hace ocho años como Bodega Viña Romana porque lo único que conserva de sus orígenes es su historia.

¿Cómo llegó al mundo del vino?

La vena esta del vino siempre la hemos tenido mi hermano y yo. El elaboraba vino en Tubilla de Lago, en la provincia de Burgos, allí es Ribera de Duero. Pero nunca nos habíamos planteado tener una bodega. Lo que ocurrió es que cuando comenzó la crisis en la construcción, en una de las veces que vine al pueblo me enteré que iban a cerrar la bodega. Fue entonces cuando vi las instalaciones, comprobé que toda la maquinaria estaba al día, con acero inoxidable sanitario, toda la maquinaria nueva, prácticamente sin usar, incluso embotelladora, todo estaba preparado para sacar vino, meter uva y comenzar a funcionar. Así que me reuní con la dirección de la cooperativa y les planteé una propuesta y me dijeron que sí. La cosecha de 2009 fue la primera que elaboramos aquí.

¿Anteriormente Hermanos Flores no habían hecho vino?

Sí habíamos hecho, pero no de manera profesional, era hacer nuestros pinitos con el vino, como se hace aquí para el consumo particular.

¿Por qué apostó por Villarino?

Fue una cuestión de oportunidad, cuando me dijo Maribel (su mujer, descendiente de Villarino) que no estaban contentos con el inquilino y que la bodega se quedaba libre, fue cuando me interesé y me dije que cómo un pedazo de bodega como esta iba a quedar libre. Hasta entonces nunca nos lo habíamos plantado, aunque sí nos planteamos qué negocio se podía iniciar en una crisis como la que atravesaba España en 2008. Entonces nos dijimos que tenía que ser un negocio que no le afecte una crisis nacional, es decir que el producto se pudiera exportar. Y dándole vueltas vimos que el vino era una buena alternativa y que podía ser rentable, lo que sucede es que Incluso en tiempos buenos, una bodega no es rentable hasta que no pasan una serie de años. A nosotros que nos ha pillado la crisis con lo más crudo, por eso nos está costando un poco más.

¿Qué le parece el material que hay en Villarino para hacer vino?

Nos gustó, nos preocupamos un poco de conocer la opinión de los vinos de Arribes y, bueno, no eran muy conocidos porque la Denominación no lleva mucho tiempo, pero la gente que los conocía nos daba una opinión buena, que eran unos vinos distintos? Esa particularidad pensamos que nos podía venir bien porque no puedes iniciar un negocio con un producto que está ya en el mercado y lo tienen todos. Tener esa tipicidad de la uva autóctona es lo que de alguna manera nos daba más esperanzas en un mundo en el que más o menos está ya todo repartido entre grandes denominaciones y grandes países productores. Entonces, sacar un vino distinto de una uva que solo tenemos aquí pensamos que podía ser una salida.

¿Qué vinos producen y con qué uva?

Aunque en Villarino existen unas cuantas variedades, aunque en pocas cantidades, las principales son Juan García y Bruñal.

¿Las conocía?

No, ninguna. La Bruñal incluso no estaba ni catalogada. Ha sido en 2012 cuando Bruselas la ha reconocido. Hasta entonces no podías poner vino elaborado con uva Bruñal porque no existía a efectos legales. Y esta uva es muy especial porque, aparte de ser autóctona, solo existe aquí, es una uva que a nadie le ha interesado llevar a otros sitios por la poca productividad que tiene, da muy poca cantidad, sobre todo si la cepa es vieja, como la mayoría de las que tenemos aquí, que son de más de 100 años. Y luego, la propia uva, da poca cantidad de mosto porque es un racimo pequeño, con un grano pequeño y el hollejo grueso, entonces la cantidad que necesitas para sacar un litro de vino es el doble o más que con cualquier otra variedad.

Qué tipo de vinos elaboran, imagino que desde joven a reservas?

No, vino joven no hacemos porque de alguna manera se asocia a un vino más económico, no vamos a decir no malo ni bueno porque es algo subjetivo, pero lo que no podemos hacer es un vino muy económico porque elaboramos poca cantidad, entonces el más económico es Solar de la Victoria Roble, de menos de seis meses en barrica y que ronda los 3,5 euros. En crianza tenemos dos vinos distintos, uno con Juan García solo, que es Heredad del Viejo Imperio, y otro con un poco de Bruñal, que es Harley. Sus precios son 6 y 10 euros, respectivamente, en bodega.

Antes de hablar de esa botella especial que han sacado, ¿tienen algún vino de autor?

Sí, le llamamos Heredad del Viejo Imperio Homenaje Selección y está elaborado exclusivamente con uva Bruñal. Está elaborado a nuestro gusto sin someterlo a las reglas de la DO Arribes, por eso es un vino de autor. No está sujeto a los tiempos en barrica que marca la DO, por ejemplo. Su peculiaridad principal es que es 100% Bruñal. Además es muy frutal, con muchos aromas, muy estructurado y buena acidez, y un sabor muy particular. La gente que lo prueba, lo comprará o no lo comprará, pero le gusta a todo el mundo.

¿Cómo está el sector del vino en estos momentos y la DO Arribes en particular?

A nivel general, España ha consumido mucho vino, pero en los últimos años ha bajado el consumo per cápita y estamos en unos porcentajes del 50% de lo que se consume en Italia, por debajo del 50% de lo que se consume en Francia y ya no vamos a decir de otros países como Suiza, Alemania y Dinamarca donde el consumo de vino es incluso mayor. Nosotros somos los que menos consumimos, por eso en España es dificilísimo vender vino, sobre todo cuando comienzas. Pero bueno, vamos saliendo adelante, aunque nosotros miramos a la exportación porque aquí, como se suele decir, está todo el pescado vendido.

¿A dónde exportan?

A México, China, Hong Kong, EE. UU. Reino Unido, Albania, Francia, Suiza, Holanda, y quizá al que más hemos enviado ha sido a Dinamarca.

¿Y en España?

En Salamanca estamos bien, pero se da una cosa curiosa. En esta provincia gusta nuestro vino pero no lo compran en la misma medida. En las ferias y mercados la gente los prueba y les gusta, pero luego no se traduce en ventas. Tal vez tenga que ver la crisis también.

¿No cree que tenemos complejo? En otras zonas piden sus vinos?

Es un problema de cultura y que viene de lejos. Es valorar lo de uno antes que lo de nadie. Yo vengo de una tierra donde un señor planta zanahorias y allí son las mejores del mundo, y aquí no se valora de la misma manera.

¿Qué marca la diferencia de los vinos de la DO Arribes respecto al resto?

La uva y el terreno. Puedes llegar a diferenciar un vino Juan García de Villarino con un Juan García de Fermoselle. El terreno es diferente, e incluso en el propio Villarino hay viñedos que tienen mucho granito molido y otras tierras que son más pizarrosas, nosotros lo mezclamos y sacamos un vino homogéneo.

¿Cuál es la cosecha actual de Viña Romana?

Sobre unos 20.000 litros, unos 30.000 kilos de media, en incluso algunos años no llega y otros apenas nada porque la Juan García es una variedad muy sensible a la climatología.

¿Qué destacaría de sus vinos?

Hablando un poco de forma subjetiva y por lo que me han transmitido, porque para mí serían los mejores?, son vinos que aparte de demostrar que son de una misma familia tienen la particularidad que le añade el terreno de Villarino y cepas muy viejas, que rondan los 100 años de vida, entonces dan un vino particular. Nuestros vinos llevan de forma intrínseca el sabor y el aroma de Villarino y los hacen un poco diferentes a los demás. Son vinos cuerpo, largos y elegantes.

Esto no es que lo diga Ud., pero han tenido reconocimientos en los mejores escenarios del mundo del vino?

Así es. Con el vino Heredad del Viejo Imperio Homenaje Selección, de 100% Bruñal, llevamos cuatro años ya que lo hemos presentado a la Guía Peñín y nos han dado la puntuación suficiente para acudir a los mejores salones de vino de España, cuatro años no es casualidad. Solemos estar en torno en los 91 puntos. En la última edición de los Premios Arribe tuvimos el vino más valorado de la DO. Esto nos dice que vamos haciendo las cosas bien. Qué cuesta?, sí; que nos queda mucho recorrido?, por supuesto; qué nos tenemos que quejar?, pues no, lo que hay que hacer es las cosas bien.

Aparte del contenido, el continente también es importante?

Si, la verdad es que el conteniente es muy importante. En la imagen de las botellas comenzamos con etiquetas clásicas pero luego el mercado nos ha dicho que quiere unas etiquetas más modernas. En nuestros vinos, quitando el Harley que tiene una etiqueta más moderna dirigida a otro sector de clientes, las demás son de continuidad. Pero ahora hemos estado dando vueltas para sacar un vino que sea nuestro buque insignia porque hay mercado para todos los vinos, para los económicos y para grandes vinos y caros. Lo último que hemos sacado es un vino 100% Bruñal de mejor añada que hemos tenido en la bodega, la de 2011, que fue excepcional. Aparte de eso, hicimos una selección de uvas y utilizamos unas barricas especiales de roble francés para elaborar un vino de mucha calidad, y, como que se puede cualquiera imaginar, también de precio.

Eso en el contenido. Y en cuanto al continente, hemos diseñado una botella para la que nos ha costado muchísimo encontrar el conjunto de lo que queríamos. A la botella que queríamos le hemos dado un nombre relacionado con la zona en la que estamos, que es la provincia de Salamanca, por eso le hemos puesto Botón Real añadiendo un botón charro de plata que está realizado en una joyería de Salamanca, y también con todas las letras del nombre en plata, fundidas y pegadas una a una. Y como no podía ser de otra manera, la serigrafía de la contraetiqueta está horneada a más de 800 grados centígrados.

¿Cuantas botellas han hecho?

Es una serie limitada de 500 botellas, cada una con su nombre y el botón charro en plata. Es un vino especial para disfrutarlo o hacer que alguien lo disfrute. Realmente es un excelente regalo.