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“Hay que educar en la mentalidad de igual dignidad en la familia”
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ARACELI MANGAS, CATEDRÁTICA DCHO. INTERNACIONAL

“Hay que educar en la mentalidad de igual dignidad en la familia”

Actualizado 05/03/2017
Redacción

"Con demasiada frecuencia solo se valora y se prefiere a la mujer si tiene, no el doble, sino infinitos méritos sobre el hombre"

La participación de mujeres en los distintos ámbitos se ha incrementado de manera notable en España en los últimos años, pero aunque hemos ganado en igualdad, ¿también lo hemos hecho en visibilidad? A ésta y otras preguntas responde Araceli Mangas, catedrática de Derecho Internacional Público y Relaciones Internacionales, y una de las tres mujeres salmantina que el Ayuntamiento de Salamanca y el Consejo Sectorial de la Mujer, coincidiendo con el Día Internacional de la Mujer reconocerá por su labor en aras de la igualdad

Las mujeres hemos ganado en igualdad, ¿también en visibilidad?

En visibilidad poco, muy poco comparada con los hombres.

¿En qué situación está en España en materia de igualdad y en qué debería avanzar?

No estamos mal si nos comparamos con otros continentes, pero con la Europa occidental todavía hay cierta distancia, al menos en algunos ámbitos de responsabilidad, por ejemplo, en la esfera de dirección de empresas, dirección de sindicatos, medios de comunicación, universidad y centros de investigación en general, en particular, Cátedras de Facultades de Medicina y Escuelas de Ingenierías, Presidentas de Audiencias provinciales, miembros y presidencias de Tribunales superiores y del Tribunal Supremo y del Tribunal Constitucional, miembros de Reales Academias del Instituto de España (academias de rango nacional), incluso en los reconocimientos o premios por méritos profesionales, científicos, literarios, artísticos, etc. raramente se reconocen a las mujeres.

¿Cuál es, a su juicio, el mayor desafío de la mujer del siglo XXI?

Sigue siendo, primero, la educación en el seno de la familia de hijos e hijas con una mentalidad de igual dignidad, de iguales actitudes y responsabilidades hacia la vida privada y pública al margen del sexo. También en la escuela y en los medios de comunicación y en el conjunto de la vida social. Todavía hay en todos los ámbitos (familiar, social y profesional) una mentalidad del papel secundario, cuando no claramente sometido de la mujer respecto del varón. Algo estamos haciendo mal cuando bastantes chicas se someten voluntariamente a los chicos de forma impensable hace 30 años.

¿Ha tenido alguna vez que demostrar doblemente su valía por ser mujer?

Con demasiada frecuencia solo se valora y se prefiere a la mujer si tiene, no el doble, sino infinitos méritos sobre el varón, y en bastantes ocasiones ni aún así. No siempre, pero he visto cómo se posterga a mujeres con méritos infinitos respecto al candidato varón, cuyo mérito es ser varón. He visto cómo varias mujeres valiosas han competido por un puesto y se les ha vetado con la abstención para no reconocer a mujeres y, sin embargo, el varón no compite, va solo, y se le dan los puestos u honores. Junto a esa desigualdad, en España, además de postergar a la mujer, todavía siguen dominando los "linajes" socio-familiares confirmando al varón de padre poderoso: ser "hijo de" es el mérito más apreciado en España. Y si no se está vinculado a partidos políticos, hay que hablar de una "muerte cívica" de muchas personas. En la igualdad de sexos se avanza algo, pero la igualdad de oportunidades por razón de sexo, origen socio-económico y vinculación política tiene techos de cristal en España.

En su campo profesional, ¿qué papel juega la mujer hoy en día?

Hay muchas y buenas juristas, tanto profesionales como docentes del derecho, pero no creo que debamos jugar un papel diferente a los hombres. Si acaso en nuestros entornos hacer valer la presencia de mujeres cuando tiene igual y, desde luego, superiores méritos que los hombres. Pero en nuestra sociedad, especialmente por la ejemplaridad que se espera de ellos, los sindicatos no han ayudado a superar las desigualdades mediante la preferencia del esfuerzo y la valía profesional.

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