La iglesia de San Francisco acoge este domingo la celebración del Día de Hispanoamérica

La Iglesia española celebra este domingo el Día de Hispanoamérica con el lema: 'Vayan, sin miedo, para servir'. Una jornada en la que recordamos de modo especial a los 135 misioneros salmantinos repartidos por toda América Latina, entre los que se encuentran tres sacerdotes diocesanos: Leoncio Redero (en Paraguay), José María Velasco (en Paraguay) y Alejandro Carabias (en Perú). En Salamanca la Delegación diocesana de Misiones nos invita a participar en la celebración diocesana que tendrá lugar este domingo, a las 12.30 de la mañana en la iglesia de San Francisco (Capuchinos- C/ Ramón y Cajal de Salamanca).

Este año, la Comisión Episcopal de Misiones, ha elegido como lema para el Día de Hispanoamérica las palabras del Papa Francisco en la JMJ de Río de 2013: "Vayan, sin miedo, para servir". Es importante cada una de las tres partes de la frase: hay que salir de nosotros mismos, de nuestras seguridades, hacerlo sin miedo, porque vamos en nombre de Dios y con la compañía de la Iglesia y para servir, para ponernos, como Jesús, a disposición de la Iglesia de allá, en la misión.

La responsabilidad de esta Jornada misionera recae en la Obra de Cooperación Sacerdotal Hispano-Americana (OCSHA), que es la asociación española que acoge a los sacerdotes diocesanos que trabajan en el Continente Americano, que en la actualidad son 267. La Conferencia Episcopal Española estableció, en el año 1959, que se dedicara, en el umbral de la Cuaresma, una jornada al reconocimiento de la vinculación evangelizadora que une a las Iglesias de España con las que peregrinan en América. Desde entonces, en estos 58 años, se tiene la oportunidad de dar gracias a Dios al comprobar que la fe recibida se ha difundido como la luz del Evangelio en el otro continente. De hecho más del 70% de los misioneros españoles están cooperando como evangelizadores en aquellas Iglesias.

Esta jornada misionera es una nueva oportunidad para descubrir que también los presbíteros diocesanos, como cualquier otro fiel, puede recibir de Dios el don de la vocación misionera. De hecho así está sucediendo al comprobar que cerca de un millar de sacerdotes diocesanos están insertos en otros presbiterios, sin perder la incardinación en su diócesis de origen. Ellos son también la expresión de la dimensión universal de la Iglesia particular.