¿Qué hay de nuestros presos políticos, Bertín?

Ayer se celebró el juicio por el que piden un año y medio de cárcel a cuatro personas acusadas de participar en un escrache contra el presidente del gobierno en 2013, aquí en Salamanca. Se les acusa de "agresiones, atentado contra la autoridad y resistencia", cuando el único delito que debería juzgarse es el de que se les impidió ejercer su derecho a manifestarse libremente. En los vídeos que esta semana han circulado por la red (y los cuales no comparto por miedo a incurrir en algún delito pero que son fácilmente localizables), se ve como se aplican esos tarugos de la UIP (Unidad de Intervención Policial) de Valladolid contra unas personas que realizaban una protesta pacífica. Y no es porque sean de Valladolid, es por cómo se comportan, tal y como se desprende de una denuncia reciente del Sindicato Unificado de Policía a uno de sus mandos por fomentar la brutalidad en sus actuaciones. Pero de esto no hablarán otros medios locales, empeñados en criminalizarnos y desacreditarnos. Como tampoco han hablado de la petición de tres años y medio de cárcel al rapero Valtonyc, no por no tener flow, sino por injurias a la corona, entre otros muchos procesos abiertos después de la aprobación de la Ley mordaza, los cuales están jodiendo la vida de muchos jóvenes a base de multas, inhabilitaciones y condenas. Una corona que, por otro lado, se injuria a sí misma por las propias acciones de los miembros de la familia real, y no hablo de la infanta o de Urdangarín -que clama al cielo- y de cuyas tropelías todos y todas tenemos noticia y que cuestiona seriamente la independencia del poder judicial, sino del propio rey yendo a rendir pleitesía a los príncipes saudíes. Para quien no lo sepa todavía, Arabia Saudí es un reino que destaca por la vulneración sistemática de los Derechos Humanos y el cual es muy sospechoso de financiar el famoso terrorismo yihadista que tanto preocupa a muchas personas, a pesar de que otros terrorismos a los que no se le presta casi ninguna atención, como el de la violencia machista, se cobren muchas más víctimas. En nuestro país hay doble vara de medir para todo. Pero esto también da igual. Jamás aparecerá en los medios de comunicación. A la prensa -y a Bertín Osborne, entre otros ilustres cuñados-, les preocupa más la libertad de Leopldo López. No me extrañaría nada que en los próximos días comparezcan pidiendo explicaciones por la extraña muerte del hermano de Kim Jong-Un. ¡Eso sí que es una dictadura y no la nuestra!