Berta Vias Mahou en letras Corsarias. Profunda hondura

Sin concesiones a la facilidad. El proyecto "La conspiración de la pólvora" sabe lo que es la buena literatura, por eso se embarca desde la librería Intempestivos en Segovia hasta La Puerta de Tanhaüser en Plasencia pasando por Letras Corsarias en Salamanca, en un trayecto por los autores que buscan la excelencia desde las páginas. Y es en una travesía auspiciada por la editorial Lumen, cuando recala en el puerto salmantino una escritora como Berta Vias Mahou.

Quizás desconocida para el gran público, la escritura de Vias Mahou es un descubrimiento portentoso. Dueña de una prosa intensa y contenida, con ese excelente manejo del lenguaje propio de una traductora delicada y dedicada que se las ha visto con Zweig, con Joseph Roth y hasta con el mismo Goethe, la escritora madrileña ha llegado con La mirada de los Mahuad para mostrarnos un universo poético lleno de hallazgos portentosos, desde el más hondo lirismo a la referencia histórica más cruda. Todo enmarcado en seis relatos que conforman toda una novela de aprendizaje, piezas que, por separado o engarzadas, discurren en torno a la mirada ?intensa, curiosa, apasionada, onírica, descubridora- de una niña, una mujer, una protagonista que no solo mira y se mira, sino que nos hace ver toda una vida entre la infancia alemana, los largos veranos de campo y la asfixiante y extravagante vida de familia.

Memoria, lirismo, manejo increíble del lenguaje? Berta Vias Mahou tiene la virtud del rigor, y no solo por su trabajo de traductora, capaz de pulir hasta la última palabra, sino por su absoluta falta de pretensiones. En un mundo de literatura fácil, las referencias de Vias Mahou son un caleidoscopio metaliterario donde la literatura alemana, la liturgia cristiana, el léxico infinito del campo y la virtud de fabular componen un mundo propio que fascina al lector y le sitúa en otra dimensión. La de la buena, la de la excelente literatura. Y ese descubrimiento en estos tiempos de rapidez es todo un regalo.

Un regalo al que se accede con la facilidad de su palabra, de un discurso sencillo y cercano con el que Vias Mahou desglosó ante los lectores su trabajo como novelista, su acercamiento ficticio a la muerte y a la obra del escritor francés Albert Camus en su novela Venían a buscarle a él, una apasionada reflexión no acerca de la literatura y de la historia, sino del fenómeno del terrorismo que, publicada en el 2010, resulta dolorosamente cercana y sangrante. Es dueña Vias Mahou de una capacidad sorprendente de asimilar lo literario y reconvertirlo en literatura, y todo sin agotar sus recursos, ya que un año después, publica un acercamiento costumbrista y fascinante a la figura de un torero que, en los años gloriosos de Manuel Benítez, era confundido con él y jugaba con el equívoco. Yo soy el Otro, Premio Torrente Ballester de Novela en el 2011 situó definitivamente el nombre de Berta Vias Mahou en ese espacio ambiguo del prestigio literario en el que la autora parece moverse con una inusual sencillez y una exquisita humildad. La misma con la que relata su gusto por escribir a mano, por utilizar una pluma, por amar el libro como objeto y desear sentir su contacto. Rodeados de libros, de aquellos que los aman, de aquellos que los venden recomendando con conocimiento los títulos, acariciando los lomos, no podíamos esperar una mejor declaración de amor de quien cuenta, con absoluta sencillez que se ha trasladado de casa y lleva ella misma, bolsa tras bolsa, toda su biblioteca a cuestas mimando cada cargamento de libros, reconociéndolos.

Dispuesta a desgranar lo que es cierto y ficticio en estos cuentos, retazos de esa novela que es, a su pesar La mirada de los Mahuad, Berta Vias Mahou nos ofreció en una tarde quieta, de inusual templanza una lección de buena literatura, todo con la mayor de las sencilleces, respondiendo a las preguntas e indagando en las respuestas a través de esas líneas cargadas de sueños y de hallazgos. La mirada de los Mahuad es un regalo para el lector avezado. Una puerta abierta a un mundo literario diferente en el que transita, de puntillas, una autora inusual que nos ha visitado dejando un rastro de luz a través de los títulos. Al otro lado de la cristalera se pone el jueves cálido de febrero, igual de sorprendente. Hay paisajes absolutamente embriagadores, y están entre las páginas de Berta Vias Mahou.

Charo Alonso.

Fotografías: Carmen Borrego