Casas de esperanza para vencer la adicción

Las puertas del salón están abiertas. A la derecha, una mesa, grande y sencilla, rodeada de sillas, dispuestas para acoger al que llega; a la izquierda, un sillón, cerca de las ventanas que dan a una de las calles más transitadas de la ciudad. Podría ser la vivienda de cualquier familia; y lo es, de la familia de Proyecto Hombre Salamanca. Es la vivienda de reinserción, ubicada en el inmueble cedido de forma altruista y solidaria por parte de los Capuchinos, y que acoge a aquellas personas que se encuentran en la etapa del proceso de rehabilitación, la última de un largo camino para cambiar una vida ligada a las adicciones, y no solo relacionadas con el consumo de drogas o alcohol, sino también con el juego, las nuevas tecnologías o cualquier otro factor que pueda llegar a condicionar la vida de una persona. El 96% de los que completan el tratamiento logra rehabilitarse.

"Esta vivienda es un recurso muy importante porque la reinserción social es una de las fases más complejas", subraya Manuel Muiños, presidente de la Fundación Alcándara-Proyecto Hombre Salamanca, quien agradece que "los Capuchinos hayan sido tan generosos y solidarios" con la labor social que realiza esta ONG. Esta vivienda es el puente para recuperar definitivamente su vida independiente, "es un gran apoyo hasta que tienen todas sus necesidades cubiertas (familiares, laborales, vivienda, ocio y tiempo libre?). Una última etapa del proceso de rehabilitación que, a su vez, conlleva tres fases (A, B y C), y que permite la reinserción de manera gradual de la persona.

En primera persona

Proyecto Hombre lleva más de 10 años desarrollando en Salamanca un método educativo terapéutico de tratamiento para personas con problemas de adicciones, a las cuales la edad, clase o condición social no hace menos vulnerables a caer en sus redes. Historias parecidas, pero diferentes, han llevado a Santi, José Luis y Alfonso a encontrarse en Proyecto Hombre, a sentarse en el salón de esta casa y a contar cómo se vuelve a empezar. Cada uno ha tenido que lidiar con sus miedos, pero la recompensa es "recuperar tu vida". Proyecto Hombre ha sido para Santi mucho más que un apoyo o una brújula para encontrar el rumbo. Lo ha hecho, y de todas las lecciones se queda con una: "El valor de ayudar a los demás, eso lo aprendes aquí".

En algún punto del camino José Luis y Proyecto Hombre se encontraron. En su caso, la adicción al alcohol, demasiado temprana, no le permitía ver lo que poco a poco iba perdiendo. Ahora, "con trabajo y esfuerzo", está recuperando su vida. "Eres tú el que tienes que cambiar, no los demás (tu familia, tus amigos...)". Proyecto Hombre, añade, es "como una lavadora en la que te meten para sacarte como nuevo", aunque sí, "el cambio lo tienes que hacer tú". José Luis también habla de algo que debería preocuparnos más, y es la permisividad con el consumo de ciertas drogas. Hasta no hace tanto esa permisividad rodeaba el consumo de alcohol, pero ahora se hace extensiva entre los más jóvenes con el consumo de otras sustancias, como la marihuana, por ejemplo.

Alfonso, por su parte, reconoce que Proyecto Hombre ha sido "una ayuda para mí y para mi familia", y no lo ha tenido fácil para llegar a esta fase de reinserción.

Camino de la reinserción

El programa educativo- terapéutico de Proyecto Hombre coloca a la persona, y no a la adicción en el centro de todo el proceso. Este método consiste en identificar el problema real que induce a la persona a la adicción y trabajarlo desde un marco terapéutico-educativo, para que recupere su autonomía, su sentido de la responsabilidad y su capacidad para tomar decisiones y volver a ser un miembro activo de la sociedad. Proyecto Hombre no solo ayuda a superar las adicciones, sino a cambiar aquello que ha impedido a la persona desarrollarse plenamente. Proyecto Hombre cuenta con dos centros en la provincia, uno en las Huertas de la Santísima Trinidad, junto al Parque Fluvial, y otro en la carretera de Alba, en Carbajosa de la Sagrada. A éstos hay que sumar la vivienda de reinserción sociolaboral.

El primer paso de este camino es que tomen conciencia, después se realiza el diagnóstico para decidir el tratamiento más adecuado para esa persona. A continuación, se entra en la fase de motivación para estabilizar su vida, desde la higiene personal hasta la documentación. Posteriormente se intenta su integración y reinserción a través de la formación, búsqueda de empleo, ocio y tiempo libre, relaciones familiares y un espacio para vivir. Y, finalmente, cuando se han superado estas etapas, se logra el alta terapéutica.

Proyecto Hombre Salamanca, a través del Programa Puente, atiende también las demandas de personas y sus familiares que están en el centro penitenciario de Topas, ya que no hay que olvidar que muchos de los internos que cumplen condenas son por delitos relacionados con las adicciones.