El caso del ovni que ví

13/enero/viernes

El tiempo, crudo y blanco, con montañas de nieve abundante en media España, promete empeorar. Pienso en los pobres refugiados, los que huyen de la guerra en Siria y en otros lugares conflictivos. Sigue aumentando el número de muertos en la Europa azotada por el frío siberiano mientras sólo las "oenegés" trabajan para evitar, o aminorar, tal desastre. Los males nunca vienen solos, y eso es lo que les sucede a toda esa ingente cantidad de personas perdidas en su huida hacia no sabemos dónde. Leo una noticia en la que un sirio dice que decidió quedarse a morir con su familia entre las ruinas de Alepo antes de ser un vagabundo. Tremenda manifestación que demuestra que el concepto de la vida agrada a las personas que ponen la dignidad por encima de todo. Los que huyen la tienen también, claro, pero han puesto por delante la esperanza de poder seguir con vida. Nadie, como nosotros, que no sufrimos unas circunstancias como las que han vivido, y viven, los sirios, nunca podremos meternos en la piel, en el sentimiento, en el corazón de esas personas. Me imagino a unos padres con hijos sin poderles dar de comer ni beber, y verles pasar hambre, frío y sed, y enfermedades; ¿ cómo pueden superarlo? Me siento incapaz. Por eso cada día procuro tener mejor carácter y enfadarme menos con los hechos simples del cotidiano vivir. ¿ Qué problema es que se nos averíe el coche, o que nos resfriemos, o que nos grite un jefe estúpido? Nada, pequeñeces. Debemos aprender a valorar mejor la vida que tenemos, la suerte de vivir como vivimos en este Occidente opulento que, sin embargo, tiene a cientos de miles de personas en paro desesperadas que cada día tienen su afán. Algo triste y grave, pero que me lleva a preguntarme ¿cómo vivieron nuestros padres y abuelos la Guerra Civil española?¿ Y la Potsguerra?: el hambre, la miseria, los piojos, el miedo, la cárcel, los fusilamientos, los "paseos"...Las desgracias van por barrios, nunca podemos estar tranquilos. Los jinetes del Apocalipsis no descansan y antes, o después, atropellan a quienes menos lo esperan.

14/enero/sábado

Leo un reportaje en El Norte de Castilla firmado por Víctor M.Vela que se titula "El expediente ovni de Tierra de Campos". Entre otras cosas dice el periodista que "Defensa abrió en 1968 un informe clasificado sobre objetos volantes en Villalón de Campos", población de Valladolid, no lejos de Cañizo. En una entrevista Emeterio Santos (87 años), un vecino del pueblo, que fue testigo de los hechos, dice que "guarda en su memoria la imagen de aquella tarde de diciembre en la que en el cielo de su pueblo reflejó un enorme resplandor; el cielo estaba completamente rojo..." Otro expediente del Ministerio de Defensa dice que el 11 de enero de 1984 ocurrió en Villanubla, Valladolid, un caso sorprendente que también se incluye en un listado público ahora desclasificado y que van desde 1966 hasta 1995. Este "avistamiento" lo notificó un piloto de la base de Villanubla que vio un objeto estático a 14.000 pies de altura, 4267 metros.

Muchas personas no creen en los "ovnis". Yo mismo me incluía entre ellos hasta que tuve una experiencia que me cambió el parecer. Y fue que en el año en el año 1985 ví un objeto volante que yo no pude identificar. Ni tampoco mi mujer. Volvíamos de Zamora, por la carretera C-612, hacia Cañizo, en torno a las dos de la noche. De pronto vemos a nuestra derecha, arriba, un avión, que no era un avión, un globo, que no era un globo, un helicópero, que no era un helicóptero, algo enorme, rojo y con grandes luces que se apagaban y encendían, y que se quedaba estático sobre el cielo de forma milagrosa. "¿ Qué es eso?", le digo a Carmen. " ¿Tu ves lo que yo veo?" "Sí, claro, no sé lo que es, es impresionante, nunca había visto nada igual". "Yo tampoco". De pronto noto que mi coche pierde fuerza, que aminora la marcha sin que yo haya levantado el pie del acelerador hasta que se para completamente. La noche era cerrada, como la boca de un lobo. En medio de la estepa castellana y lejos de la población más cercana, Pobladura de Valderaduey, hacia el sur, estaría a unos tres kilómetros del hecho. Castronuevo de los Arcos, el siguiente pueblo al que llegaríamos antes de Cañizo, estaba a unos cuatro kilómetros". Viajábamos en un Ford Fiesta S, color burdeos, que nunca me había hecho una faena semejante. Lo dejé aparcado en la cuneta, no demasiado ancha, con lo que ocupaba parte de la propia carretera. Mi mujer me preguntaba angustiada que qué pasaba, porque el objeto volante, cada vez estaba más cerca de nosotros, sin que pudiéramos escapar de allí, acelerar y escapar, hacer algo. Al contrario, estábamos al albur de la mala suerte. Empezamos a sentir angustia. "¿ Qué le pasa al coche, qué le pasa al coche, no puedes arrancarlo de nuevo?", me insistía Carmen. "No, no puedo, ha perdido toda la fuerza?Eso es un Ovni?será culpa del Ovni?que nos chupa la fuerza del coche?" No sé cuantas cosas incongruentes dijimos, cuántas cosas se nos pasaron por la cabeza. Pero no podía quedarme dentro del coche sin hacer nada. Le di al dispositivo para abrir el capó y bajé a abrirlo. No nos faltaba combustible, gasolina, porque le habíamos llenado el depósito por la tarde en Zamora. Carmen se quedó dentro. El objeto que volaba, que no era un avión, ni un globo, ni nada que nosotros conociéramos, estaba a unos trescientos metros de nosotros, a una altura de cincuenta o algo así. Abrí el capó e intenté, como todos los inútiles de la mecánica como yo, arreglar el coche con la vista. La correa estaba correctamente, no estaba rota. ¿ Qué pasaba? Carmen seguía angustiada diciendo "mira, mira, mira?viene hacia aquí". " Ya lo veo, ya lo veo, ¿ qué quieres que haga,?no puedo hacer nada." De pronto, el objeto volante no identificado, el Ovni, o lo que fuera aquello, giró violentamente y a una velocidad inusitada, más que la luz de un rayo, entornó hacia lo alto y se fue. Se perdió en milésimas de segundo. Carmen y yo respiramos. Nadie nos iba a secuestrar. ¿Aquello había sido producto de nuestra imaginación? ¿ De la de los dos? "No puede ser, ha sido cierto", dijimos. Yo dije: "y yo no creía en los ovnis". Carmen apuntó: "no sé si sería un ovni, pero desde luego nunca había visto un aparato que volara así, que tuviera esa forma que alcanzara la velocidad tan increíble que ha conseguido al irse".Le volví a dar a la llave del coche y, ¡oh! Milagro arrancó a la primera y con el sonido y la fuerza propia de siempre del Ford Fiesta S. Un coche con mucho "reprise" que utilicé para irnos de allí como almas que lleva el diablo.

El hecho nos sucedió en Tierra de Campos, la de Zamora, y no sé, pero de los expedientes del Ministerio de Defensa que ahora acaba de desclasificar, no creo que conste este. Nosotros nunca lo hemos contado ni escrito. Esta es la primera vez. Carmen y yo hemos decidido desclasificarlo también. Pero nunca olvidaremos.

Cuando llegamos a Cañizo nos metimos en casa lo más rápidamente posible y cerramos las puertas aún con un miedo especial en el cuerpo. Cuando viajamos a Zamora, a la ida y a la vuelta, siempre recordamos el lugar de aquella historia increíble que yo creo porque la viví. Y estaba muy cuerdo, que conste. Y Carmen más.

Al cabo de unos días de este hecho leí en "El Correo de Zamora" que en la zona cercana a Fuentesecas se habían recibido varias informaciones en las que varias personas decían haber observado varios ovnis. Fuentesecas está a unos diez kilómetros de donde nos pasó lo que nos pasó a nosotros. El cielo es muy grande, más que grande, no sabemos si quiera si tiene principio y fin. Pero diez kilómetros en línea recta por tierra no es nada. Ya es casualidad.

Yo no sé si hay ovnis, pero yo he visto uno.

15/enero/domingo

Sigo leyendo, muy lentamente, Los Diarios de Tolstoi. Son tan buenos, tan extraordinarias sus ideas, tan sabios sus pensamientos, que no quiero terminar el libro. Cada día leo unas páginas, es como tomar el postre favorito. Por algo es uno de los grandes de la literatura mundial de siempre. Destaco una de las frases que he subrayado:"Los seres humanos se diferencian en que unos primero piensan y después hablan y actúan y otros primero hablan y actúan y después piensan". Creo que mucho mejor nos iría a los españoles, vascos y catalanes incluidos, si perteneciéramos a los primeros.

16/enero/lunes

Día de Universidad. Mi mujer defiende la tesis titulada "TVE en Castilla y León, modelo de televisión de proximidad en una autonomía sin tercer canal", "Historia del centro Territorial de TVE y análisis de su programación 1982-2009". Ante un tribunal de cinco catedráticos de historia contemporánea y de diferentes disciplinas de periodismo Carmen hizo una exposición brillante que le supuso Sobresaliente Cum Laude. Su trabajo de investigación, en el complejo, desperdigado y en muchos casos abandonado archivo de TVE en Castilla y León, fue valorado como se merecía después de más de siete años de trabajo contando la tesina del Doctorando.

Además de destripar las esencias programáticas a lo largo de tantos años de TVE en Castilla y León, Carmen hizo un análisis paralelo al proceso autonómico de Castilla y León, lo que aumentó el interés de la tesis. Televisión y política, dos jinetes que siempre cabalgan juntos, y mucho más desde que la televisión se ha convertido en un mentor básico de los electores.

Castilla y León, además, es una Comunidad más histórica que ninguna, pero en estos tiempos autonómicos ha ido siempre a la cola desde el "café para todos". Y por eso carece de suficiente industria, de recursos económicos imprescindibles y hasta de una televisión que otras comunidades autonómicas se han permitido o se permiten, alguna, como Cataluña, con seis canales dentro del denominado Tercer Canal.

Castilla y León es una cenicienta, grande y destartalada, a la que lo único que le sobra es un patrimonio inmenso que no puede restaurar y despoblación, mucha despoblación. Por eso el trabajo que hizo TVE para dar a conocer la propia tierra a su gente, fue impagable. Aunque muy pocos lo hayan valorado, como suele suceder en esta Comunidad, dada más al olvido que al reconocimiento.

18/enero/miércoles

Voy a Madrid a visitar la Fitur, la Feria Internacional de Turismo que cada año se celebra en Madrid. Una fiesta donde se mezcla el trabajo y el ocio. Fitur es la segunda gran feria del sector en el mundo, después de la de Berlín.

Este año el ambiente era extraordinario en todos los pabellones y stands. La mezcla de caras, idiomas, colores y músicas hace de esta feria algo muy singular. El mundo, todos los mundos, se dan cita en uno, en una simbiosis de alegría y buen ambiente. Acudo a Fitur desde el año 1985. En esta ocasión, además, se notaba un espíritu muy positivo para España porque en 2016 nos han visitado más de 75 millones de personas. Supone el sector un 10% del PIB, lo que da idea de la importancia para nuestra economía. Si entendemos, además, que el turismo tiene a la cultura y al patrimonio como sus dos brazos principales, podemos convenir en que es algo fundamental.

Y en cambio, no todos los políticos con mando en plaza creen de veras en el turismo. Muchos utilizan al sector como un medio donde colocar cuñas de publicidad que sirvan como sistema encubierto para financiar a los medios de comunicación. Un técnico de turismo me dijo en Fitur: "En España, y en muchas comunidades autónomas, el sector es maltratado; nos va bien por nuestras condiciones naturales, por un buen trabajo hecho por el sector privado y porque las guerras en varios países del mediterráneo está haciendo que muchos turistas elijan nuestra tierra. Pero los poderes públicos hablan, y hablan, pero sólo para salir en la foto, o sea, de cara a la galería".

19/enero/jueves

Tengo varios frentes abiertos para no perderme en el marasmo de no hacer nada. Además de reuniones permanentes con amigos, lo que siempre me llena el alma, leo mucho, aunque nunca podré llenar el inmenso hueco de mi ignorancia. También me he decido a repasar el inglés que aprendí en el bachillerato y que tengo muy olvidado debido a la falta de práctica. Mi reciente viaje a Vietnam, y mis pequeñas conversaciones con extranjeros en el Camino de Santiago, me han animado. Nunca es tarde.

Lamento mucho que en los años sesenta del siglo pasado el inglés que nos enseñaban en el Colegio del Verbo Divino y en del Instituto de Enseñanza Media Claudio Moyano fuera poco práctico, sin apenas prácticas de conversación, centrados siempre en la gramática. Más grave aún fue que en la carrera de periodismo no nos exigieran más que un inglés que ni para andar por casa. ¡ Qué desastre!. Por cierto: 40 años después los estudiantes de Periodismo terminan en la Facultad sin saber inglés. Sólo lo saben a quienes sus padres les pagan cursos en el extranjero o se van de camareros o a hacer un Erasmus. Muy pocos. A alguien habría que meter en la cárcel, como mínimo.

Intenté en su momento paliar los defectos de la enseñanza que me dieron del inglés. Por eso me fui un tiempo, muy corto, una población cercana a Londres llamada Wescliff on Sea, en la desembocadura del Támesis. Viví con una familia y me fui hablando con cierta facilidad. Pero el tiempo ha acabado por sepultar mis esfuerzos. Me defiendo, pero no con americanos o británicos. Espero que un año me confundan con Shakespeare. Bueno, menos lobos, que el sino de los españoles, entre los que me incluyo, es pasar la vida intentando aprender inglés. Sigo con "my taylor is rich", cosa que ni nunca he tenido sastre ni los que conocí fueran ricos.