¡Qué miedo!

¡Que viene Tramp! ¡Qué miedo!, que los termómetros van a bajar a

20 bajo cero en Benasque, en el Pirineo de Huesca! Y va a nevar hasta en la playa de Alicante, donde hace un siglo que no nieva, ¡Qué barbaridad! ¡Ay, maridito, que tengo mucho miedo, que he puesto la radio y dicen que han entrado a robar en casa de la vecina y no tenía seguro y esta noche nos van a entrar a robar a nosotros; anda llama enseguida y encarga un seguro "directo", que no quiero vivir en esta casa sin seguro! Que no, tonta, es que los de los seguros antirrobos quieren vender seguros y por eso te meten miedo. Y se están forrando. Sí, pero yo no quiero vivir en esta casa sin seguro "directo". Así están las cosas del mundo virtual, ese de las comunicaciones que nos han inventado y nos asedia todo el día, en cuanto le das a un botoncito. ¡Como está el patio, señoras y señores o señores y señoras! Además de las calamidades reales que pasa la gente, y el miedo de verdad que tiene los niños a los que les estalla una bomba a su lado en su propia casa donde viven y la derriba y destroza, viene los hombres y mujeres del tiempo en la tele y con paso de baile y con gesto de declamación de poemas nos anuncian la catástrofe de la nieve y del hielo en el invierno, como nos han anunciado las "olas de calor" en el verano.

A veces a mi me da miedo de la tele, o de la radio o las redes sociales.