Más de una decena de pueblos de Arribes sufren cortes en la telefonía fija

Desde hace dos meses, aunque con una mayor incidencia los últimos días, los vecinos de municipios cuya telefonía fija depende de la antena de Movistar instalada en el teso de Peñahorcada, en la localidad de Cerezal, vienen sufriendo cortes del servicio que se prolongan durante horas. Según algunos alcaldes consultados, la respuesta de la compañía a esta deficiencia en el servicio se estriba en errores en la frecuencia de red, como explicaba a este diario el regidor de Vilvestre, Manuel Domínguez.

Según el regidor, "el problema lo llevamos sufriendo más de dos meses, aunque ahora con cortes de varias horas", lo que añadido a la deficiente cobertura móvil, hace que los vecinos de estos municipios estén casi incomunicados por momentos. Esta situación la padecen localidades situadas en un radio de 10 kilómetros, es decir, una decena de núcleos de población que suman más de 2.000 personas.

Los problemas de cobertura telefónica en aparatos fijos no son nuevos, aunque suelen ser más frecuentes en los meses estivales, pero en los últimos días los cortes de línea se han acrecentado más de lo habitual con periodos sin servicio que van desde las 14.00 a las 21.00 horas. A las preguntas realizadas a la compañía sobre hasta cuándo van a persistir estos cortes, las operadoras no se atreven a poner fecha, como tampoco señalan el origen de las interferencias.

En Mieza, otro de los pueblos afectados junto con Saucelle o Barruecopardo, los vecinos se plantean ya el cambio a otros operadores dado que ofrecen una mayor garantía de cobertura telefónica en los núcleos de población, también en móvil.

Esta situación en núcleos de mayor población apenas si supone inconvenientes para sus habitantes, que pueden acudir a un vecino con teléfono móvil y solucionar cualquier llamada de urgencia, pero en localidades con escasos habitantes y en su mayoría personas mayores, es un grave problema, hasta el punto de poner en riesgo su vida. Sobre esto, cabe recordar que muchos mayores viven solos y dependen de sus teléfonos fijos para mediante el pulsado de una tecla enviar un aviso de urgencia si se encuentran en mal estado.